La historia ya de por sí tenía las suficientes dosis de misterio y morbo como para que, incluso los menos dados a recordar estas cosas, supieran que Natalie Wood, la guapa y dulce protagonista de ‘Esplendor en la hierba‘ o ‘West Side Story‘, había muerto ahogada tras una noche de discusiones, alcohol y celos abordo de un yate de lujo, el ‘Splendour’. Con ella solo estaban su marido, el actor Robert Wagner; el que se dice que entonces era su amante, el también actor Christopher Walken, y el capitán del barco, Dennis Davern. Ninguno de los ocupantes del yate escuchó nada (ahora se sabe que algunas embarcaciones cercanas escucharon la voz de una mujer pidiendo auxilio), pero el cadáver de Wood apareció flotando a una milla del barco, frente a la costa de Isla Catalina.

Estos días, cuando están a punto de cumplirse treinta años de su muerte (el 29 de noviembre de 1981) la Policía de Los Angeles ha reabierto el caso, a la luz de nuevas pruebas y nuevos testimonios, y Hollywood se ha revolucionado, cual joven crepusculiano al olor de la sangre fresca: ¿Una nueva investigación ¿Un asesinato sobre la mesa?, se preguntan, y todas las cabezas se han girado mecánicamente hacia Wagner, el esposo sospechoso, al que varios libros ya han señalado abiertamente como responsable de la muerte, entre ellos el que escribió hace años el capitán Davern, ‘Goodbye Natalie, goodbye Splendour’, o el que escribió la propia hermana de la actriz, Lana Wood.

Y Wagner que tiene ya 81 añitos se ha visto obligado a emitir un comunicado en el que escuetamente afirma que todavía la policía no se ha puesto en contacto con él, aunque pueda que lo hagan. John Corina, el Sheriff (cómo me gusta esta palabra) del condado ha aclarado a todos los cazatitulares que Wagner ‘no es sospechoso de la muerte y no se lo investiga’. ‘Por el momento’, han dicho muchos para sí, porque si algo nos ha dejado claro el cine y las novelas de detectives es que el primer sospechoso es la última persona que vio con vida al muerto, y ésa parece que fue Wagner.

Una historia de amor pasional

Con tanta truculencia de por medio, nadie recuerda ya que la historia de amor entre Wagner y Wood fue una de esas que inspiran libros. Ella se enamoró de él siendo adolescente, pero no se conocieron hasta que Wood estaba a punto de cumplir 18 años y era ya toda una estrella. Se casaron un año después y se divorciaron tras un lustro conflictivo; pero, como les ocurrió a Elizabeth Taylor y Richard Burton, se dieron una nueva oportunidad, y volvieron a casarse años después. Entre medias ambos tuvieron hijos con sus respectivas parejas, a las que dejaron para poder estar juntos. Y como en muchas historias pasionales, hubo muchas peleas, muchas reconciliaciones y muchas sospechas de relaciones paralelas, como la que se la atribuía a Wood con Walken durante el rodaje de ‘Proyecto Brainstorm‘, que Wood no llegó a ver concluida.