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Hacer siempre lo que dicta el corazón, sin pensar en el qué dirán, es mensaje que transmite la comunicadora Roslyn Ison en su primera novela "Treinta días antes de morir", donde aborda el suicidio, como tema principal. Un padre déspota, un trabajo mediocre y la falta de pertenencia son algunas de las causas que podrían obligar al protagonista a tomar lo que podría ser la decisión más importante de su vida, aquella que no tendría vuelta de hoja: quitarse la vida. Es la historia "Sebastián", explicó, un hombre de 30 años de edad que no está contento con su vida por una serie de conflictos que vive desde su niñez que lo atosiga y que a raíz de ello, un día decide quitarse la vida, pero algo pasa que lo obliga a posponer su muerte por 30 días. El protagonista, agregó, toma esta decisión con plena conciencia, prueba de ello, es que va tachando en el calendario los días que le faltan para quitarse la vida. Sin estar basado en un hecho real, la autora retoma algunos aspectos de la vida del hombre que ocurren en la actualidad y que han derivado en el estrés y en la catarsis, como son algunas vivencias leídas en algún diario o libro, incluso en vivencias personales y las de algún amigo. La idea de escribir esta historia, comentó la autora egresada de la carrera de Comunicación en la Universidad Anáhuac, surgió porque en la actualidad la gente ha perdido el sentido de la vida, lo que ha derivado en personas estresadas que consumen un indiscriminado número de antidepresivos. Por la temática, indicó, es una historia con muchos altibajos que invita al lector a reflexionar sobre lo que hace y si está a gusto con su modo de vida, de ser así, es necesario que busque hacer lo que le dicte su corazón y lo que le haga sentirse feliz. La narración adentra al lector en cada uno de los personajes y lo lleva de la tragedia a la esperanza, de tal forma que le hace ver que no está solo.