¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Nuriallanos escriba una noticia?
Hoy 14 de septiembre, la icónica Amy Winehouse hubiera cumplido 38 años
Hoy día 14 de septiembre, una chica del este de Londres, cantante de jazz, de Candem Town concretamente, hubiera cumplido 38 años. No sería noticia si no se tratase de la cantante Amy Winehouse. Hace 10 años nos abandonó, a los 27 años, dejando un aluvión de opiniones varias, entre los que se encontraban los que no se lo creían y los que esperaban ese desenlace fatal desde hacía años.
Amy no fue una chica diferente a las de su generación del Londres variopinto y extravagante, cuna de decenas de artistas a la par que pintorescos y excéntricos. Desde pequeña, cuando su abuela Cinthia la instruyera en el oscuro y excitante mundo del jazz, Amy ya apuntaba maneras cantando en cumpleaños y fiestas familiares. Crecer en un hogar disfuncional ayudó a que su personalidad intensa, adictiva e insegura se tornara desafiante ante una vida difícil que no supo afrontar sin ayuda del alcohol y el flirteo prematuro con las drogas. Para una chica con tanto talento pero con un caracter dificil y trastocado por las carencias afectivas, no fue fácil adaptarse al frío ambiente escolar, al que tanto le gustaba desafiar.
Me gusta pensar que Amy no utilizaba esa desafiante manera de revelarse por el hecho en sí de revelarse, sino porque no sabía hacerlo de otra manera. Siempre luchó por lo que quiso, cantar a su manera, escribiendo letras de canciones que no hablaban de otra cosa que de su vida, tan carente de atención y cariño, tan rota, deseando únicamente ser querida y protegida. Amy se protegió de la vida con unas adicciones que no supo controlar, al igual que no sabía controlar la explosión de sentimientos que la aturdían y la presionaban.
En su primer disco "Frank", surgió una Amy un tanto comedida vocalmente hablando, pero con una voz profunda de jazz rasgado, con letras de canciones algunas escritas sobre la marcha, media hora antes de entregarlas en el estudio, tal era su talento innato. Era como una pájaro cantando dentro de una jaula, cantando pero no sintiéndose libre. Cuando el disco empezó a crecer, creció también en Amy las ganas de comerse el mundo, independizarse, ser dueña de su vida y de sus vicios también. Siempre prefirió la autenticidad del directo a la frialdad de los estudios, disfrutaba dando peqeños conciertos íntimos en garitos sombríos y de aire viciado, donde se sentía ella misma.
Hoy Amy Winehouse hubiera cumplido 38 años
Pero con su segundo disco "Back to Black" todo cambió. El disco fue enteramente escrito desde un corazón roto por el desamor, el dolor, la desesperación y la depresión. Encabezado por el single Rehab, vimos a una Amy físicamente más delgada, con un maquillaje a lo pin-up y un peinado a lo "Ronettes". En la canción Amy negaba ir a rehabilitación, impulsada por la discográfica que amezaba con rescindir el contrato si no arreglaba una situación que cada vez se le iba más de las manos.
Amy fue muchas cosas, pero ante todo fue auténtica.
Fue de esas personas que no saben salvarse, que no esperan más que ser salvadas. Con amor, con protección, con amparo. Era auto-destructiva, rebelde, adicta, pero también cariñosa, afectuosa, generosa, sensible y ante todo, humana. Nos regaló canciones que ya siempre permenacerán en nuestros oídos como la melodía más maravillosa, provenientes de labios carnosos y boca generosa, escritas con unas manos a veces manchadas de sangre y tabaco.
Amy era descarada, estaba rota y nadie la supo recomponer. Nisiquiera ella misma. A Amy la mató el desamor, la depresión, la bulimia y las adicciones. Quién es nadie para juzgarla sin ponerse sus zapatos de tacón o sus bailarinas rosas, y transitar su camino, lleno de tristeza y auto-lesiones, noches solitarias en vela, conciertos obligados, una rehabilitación que nunca llegaba....¿quién lo hubiera hecho mejor?
Hoy hubiese cumplido 38 años. Pero no está. Está su legado, su música, sus imágenes. Y la gente que la amamos por encima de todo lo superficial, lo frugal, lo polémico. Los que supimos ver a través de la fina capa tras la cual quiso esconderse, sin conseguirlo.