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Existen dos sistemas de análisis de acciones bien diferenciados: el análisis técnico, que estudia la cotización histórica de la acción, y el análisis fundamental, que estudia la situación financiera, económica y patrimonial de la compañía
Comprar barato y vender caro. Así es como se gana dinero en cualquier mercado, también en la Bolsa.
Si el precio actual es barato, hay una oportunidad de compra. Y si por el contrario el precio es caro, será nuestra oportunidad de vender las acciones compradas más baratas, así como sabremos que no es el momento de comprar, pues incurriremos en pérdidas cuándo el precio baje.
Pero algo tan fácil de teorizar es muy difícil de ejecutar correctamente en la práctica, y la dificultad viene dada por la siguiente cuestión ¿Qué precio es caro o barato?. Si hoy las acciones de Banco Santander cotizan a 7 € ¿están caras o baratas?
Para saber si un precio es alto o bajo, hay que compararlo con algo. En el caso del precio de una acción, hay que comparar el precio de dicha acción en el mercado con el precio que creemos que objetivamente corresponde a la misma. Por ejemplo, si nuestro análisis nos dice que las acciones de Santander tienen un precio objetivo de 10 € y hoy cotizan a 7 € está claro que su precio de mercado supone una oportunidad de compra. Por el contrario, si nuestro análisis atribuye un precio objetivo de 6 € a dicha acción, diremos que el precio de mercado es alto y esperaremos a que baje para comprar.
Existen dos técnicas de análisis para determinar el precio objetivo de una acción: Análisis Técnico y Análisis Fundamental. Y ambas son totalmente distintas entre sí, tanto en su filosofía como en su funcionamiento.
El Análisis Fundamental se basa en estudiar detenidamente toda la información económica, financiera y patrimonial que afecta a la empresa cotizada, para buscar un precio objetivo con el cuál poder comparar la cotización actual, de cada a tomar decisiones de comprar, vender o mantener la acción. Así, dicho análisis contiene el estudio de los estados financieros de la empresa durante los últimos años, extrayendo mediante ratios las principales variables del funcionamiento de su negocio contenidas en el Balance y en la Cuenta de Resultados de la compañía. Algunas de las principales magnitudes objeto de estudio son las ventas, el margen bruto, los costes, el fondo de maniobra, la deuda de la compañía a corto y largo plazo, su número de clientes, o la calidad de sus activos. Todos los datos deben ser analizados en su evolución durante los últimos ejercicios, así como compararse respecto de las mismas magnitudes de las empresas competidoras. Este análisis se complementa con el plan estratégico que la empresa haya presentado para los próximos años, la situación macroeconómica, la situación de su mercado o la composición de su equipo directivo. Finalmente, mediante distintos métodos de valoración como el Gordon-Shaphiro podremos determinar un precio objetivo para las acciones de la compañía. Y ya tendremos un dato objetivo con el que poder comparar la cotización actual de dichas acciones.
Una de las principales críticas que se suelen hacer al Análisis Fundamental es que la información contable y pública de las empresas no tiene por qué coincidir con la realidad interna de las mismas. Así por ejemplo, si los gestores están ocultando perdidas, o utilizan artilugios contables para disfrazar deuda, el análisis estará viciado y el precio objetivo obtenido no será veraz.
El Análisis Fundamental se basa en estudiar detenidamente toda la información económica, financiera y patrimonial que afecta a la empresa cotizada,
El Análisis Técnico se basa en estudiar el precio de mercado, bajo la premisa de que el mercado refleja toda la información existente. El funcionamiento y gestión de la empresa, su buena cifra de ventas, la posición que ocupa en su mercado, las intenciones de sus principales accionistas, los deseos de los especuladores que van a vender a corto plazo, etc… toda la información relevante está ya descontada en el precio de la acción en el mercado, por lo que es la evolución de dicho precio la que habrá que estudiar para saber hacían dónde se dirige el precio, y poder determinar por tanto un precio objetivo con el que comparar el precio actual.
Esto se hace con técnicas estadísticas y matemáticas, sobre los gráficos que reflejan la evolución histórica de la acción. Lo que se busca es determinar la tendencia del mercado, si la misma es alcista el precio tenderá a subir; y viceversa, si la tendencia es bajista el precio actual es tenderá a bajar. El padre de esta disciplina, Charles H. Dow (fundador del primer índice bursátil, el Dow Jones) determinó que existían tres tipos de tendencias: 1) Primarias, de seis meses a un año, denominadas maneras; 2) secundarias, de tres semanas a tres meses, llamadas olas; 3) terciarias, de menos de tres semanas, también llamadas ondas. Sobre las premisas de que los índices confirman las tendencias, el volumen confirma la tendencia, y la tendencia se mantiene hasta que se observan señales claras de cambio en la misma, podemos concluir si el precio de una acción va a seguir subiendo, o por el contrario va a bajar en los próximos meses.
Con las citadas técnicas estadísticas y de análisis gráfico, se puede aproximar un precio máximo y un precio mínimo para los próximos meses, y determinar si es buen momento o no para comprar.
La crítica principal al Análisis Técnico es la de que el mercado no es perfecto, y no descuenta toda la información disponible, por lo cual la premisa básica de la que parte esta técnica es errónea. Habría por tanto que analizar la empresa para conocer adecuadamente su realidad (análisis fundamental) y no valdría con estudiar simplemente cómo ha sido su cotización histórica (análisis técnico).
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