Después de casi 40 años de producción, la unidad 300.000 del Mercedes-Benz Clase G ha salido de la línea de montaje de Magna. El icónico Geländewagen, o G-Wagen para abreviar, nunca fue pensado para ser el coche en el que se ha convertido ahora, de postureo. Comenzó su vida como un humilde camión de trabajo y vehículo militar antes de ser adoptado como otro accesorio elegante. Mientras que las versiones modernas vienen con interiores de cuero de alta calidad, faros de xenón y demás chucherías, la plataforma básica sobre bastidor sigue siendo la misma que era en 1979.

Durante toda su vida, Mercedes ha subcontratado la producción de clase G a Magna Steyr en Graz, Austria. Desde entonces, ha habido una incesante avalancha de variantes, desde los descapotables hasta el casi imperceptible G63 6×6 o el lujoso Mercedes-Maybach G 650 Landaulet. Parece que hay un sabor para todos, al menos si te puedes permitir su precio inicial de seis dígitos.

La unidad 300.000 del Clase G es un G 500 pintado en el exclusivo color Mauritius Blue Metallic, obra del departamento Designo, con el interior en piel negra y contraste en blanco. Cuenta con detalles únicos como el paquete off-road, formado por rejillas en los faros, protección de bajo, llantas de 16 pulgadas en negro, neumáticos todo terreno y un robusto techo metálico.

La combinación fue votada por los fans en la página de fans del Clase G en Facebook. El coche estará en exhibición para los próximos meses y podrá ser seguido por las redes sociales a través de la etiqueta #Gventure300K

Como curiosidad, el Clase G ni siquiera se vendió oficialmente en los Estados Unidos hasta 2002. Las ventas en todo el mundo han crecido desde 2009, con más de 20.000 unidades vendidas en 2016. Un modelo nuevo, más moderno y casi seguro más refinado está en camino, pero el original y encantador siempre tendrá un lugar en los corazones de los amantes de los coches más rudos.