Desde el descubrimiento del contrabando de divisas norteamericanas destinadas a la campaña de CFK, realizado por el gobierno chavista hace unos años y que hizo famoso por ello al tristemente célebre Guido Antonini Wilson, los argentinos hemos aprendido que nada es por azar, cuando algo extraño ocurre en nuestro país.

Actualmente, con el arribo de un avión de origen iraní con bandera venezolana, que ciertamente trae cascabel en la cola, no tengamos que descubrir algo parecido o similar a tiempos pasados.

La realidad es que cuando se comienzan, desde el propio gobierno a defender algo indefendible, las sospechas crecen y no son novelas periodísticas, o actos imaginarios. Para muestra sobra un botón. Todos dejamos de ser ignorantes en materia política con este tipo de gobiernos autoritarios cuyo eslogan es “Vamos por todo”.

Ni bien surgió que quien comandaba el misterioso avión Boing 747 M300 era un Iraní llamado Ghalamreza Ghasemi Abbas, desde el ministerio de seguridad de la nación argentina, salieron a vociferar que se trataría de un “homónimo” y que nada tendría que ver con el relacionado con “Al Quds” (grupo terrorista islámico”, como para bajar los decibeles de la situación. Una situación que nos quisieron ocultar a toda una sociedad despierta con el triste recuerdo de 2 lamentables atentados terroristas en el país: El primero en la Embajada de Israel 1992 y el otro en 1994 en la AMIA a manos de Iraníes.

No conformes con esa falsa información a la opinión pública por medios radiales y televisivos, desde la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), nos quisieron hacer creer como si fuera un cuento tan desprolijo como el de Nicolás Maduro hace unos años a la población de Venezuela sobre el célebre pajarito en que habría reencarnado Hugo Chávez. Pero la historieta era otra: Que como eran 14 venezolanos y 5 Iraníes, estos últimos serían instructores de vuelo de los venezolanos. Vaya hipótesis! Es como decir que vamos a comer helados de jamón cocido en la próxima temporada de verano. ¿Qué intentaron ocultar?, ¿Su propio fracaso como gobierno en el cuidado de la Seguridad Nacional?

Pero hablando con rigor a la verdad, dos diputados iniciaron pedidos de informes y no obstante ello, recurrieron a la justicia federal impetrando una denuncia para obtener información fehaciente respecto al entonces misterioso vuelo Venezolano-Iraní con arribo al país con una pequeña carga que ni siquiera cubre las despensas de un vuelo internacional y para colmo, con una cantidad de tripulantes que excede en número a una tripulación normal para este tipo de transportes de carga aérea.

A todo ello, cabe destacar que sus vuelos anteriores dejan muchas dudas sobre si en realidad sus actividades son reales o mera fachada de otras actividades “ilícitas” con las que intentarían cubrirse para ocultar otras maniobras más graves que un atentado o su perpetración a futuro inmediato.

Durante 4 días en que se ignora que pudieron realizar estos ocupantes de la aeronave, un factor les frustró sus planes desde el comienzo: Las compañías abastecedoras de combustible les negaron reabastecerse. Eso impidió su partida y como corolario, dio lugar al comienzo de una investigación que se encuentra en pleno desarrollo por parte de la Justicia Federal con jurisdicción en el Aeropuerto Ministro Pistarini de la Localidad de Ezeiza, en la Provincia de Buenos Aires.

Allí se destapó la olla, cuando se comenzaron a solicitar informaciones fuera del ámbito de Argentina, como por ejemplo, al Federal Bureau of Investigations de USA y al Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica entre otros organismos.

El misterio sobre al menos uno de los tripulantes identificado como Gholamreza Ghasemi Abbas, permite hoy saber que descubrieron en su teléfono celular: Fotos de Armamento de guerra e imágenes antisemitas. Conforme lo informan varios medios locales, su situación está cada vez más comprometida con su actividad terrorista que no se deseaba que se conozca desde el propio gobierno nacional.

También se pudo saber que existe sospecha sobre la propiedad de la aeronave y que la misma continuaría perteneciendo a la empresa iraní Mahan Air, Así como que Ghasemi Abbas es CEO, miembro del consejo de administración de Qeshm Fars Air y, también, piloto. Todo lo cual, habría sido informado por la Agencia del FBI al Juzgado Federal a cargo del Dr. Federico Villena, que viene investigando el caso junto a la Fiscal Federal Dra. Cecilia Incardona.

Por orden de la Justicia se realizaron inspecciones y allanamientos a la aeronave en cuestión. Se requisaron los dispositivos celulares, tablets y ordenadores personales de todos los miembros de la “particular y excesiva tripulación”. Así también, se están analizando las cajas negras de la aeronave para determinar algunas cuestiones de interés para la causa.

Sin ir tan lejos, la empresa de aviación Mahan Air fue sancionada en octubre de 2011 por la OFAC -una oficina que depende del Departamento de Estado norteamericano- por proporcionar apoyo financiero, material o tecnológico para la Guardia Revolucionaria Iraní y las Fuerzas Quds, y por transportar armas y personal para Hezbollah.

En tanto, aquí no se trata de fomentar cualquier novela periodística ni difamar a nadie. Entre la tripulación también viajan militares de alto rango de Venezuela y eso no es algo que se pueda tomar como mera casualidad.

La Justicia Federal junto al MPF están realizando una exhaustiva tarea de investigación judicial para determinar responsabilidades penales al respecto y estan en el camino correcto para determinar la verdad.