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Japón revisó hoy drásticamente a la baja su crecimiento para el trimestre de julio a septiembre, rebajándolo del 4.8 por ciento inicial al 1.3 por ciento, lo que señala la debilidad de la segunda economía mundial. La cifra inicial publicada por Tokio hace unas semanas indicaba que Japón había iniciado la senda de la recuperación, pero los últimos datos dan cuenta de la fragilidad de la inversión privada. "Las últimas cifras indican que las empresas siguen mostrándose reticentes a nuevas inversiones de capital", dijo el portavoz gubernamental Keisuke Tsumura. Precisó que la inversión de capital cayó un 2.8 por ciento trimestral, una cifra que corrige el aumento del 1.6 por ciento anunciado anteriormente. "Cuando se publicaron las cifras previas, indiqué con esperanza que habíamos iniciado la recuperación de la demanda interior. Pero ahora debemos examinar de nuevo todo esto", agregó la fuente durante una conferencia de prensa. En términos anuales, el PIB japonés creció 1.3 por ciento en el segundo trimestre, mientras que si se compara con el trimestre anterior (abril-junio), la progresión apenas fue del 0.3 por ciento, respecto al 1.2 por ciento anunciado previamente. La víspera el gobierno japonés aprobó un nuevo paquete de estímulo económico valorado en 80 mil millones de dólares destinado a impulsar el crecimiento y la estabilidad de la segunda economía mundial, golpeada por la deflación. Se trata del primer paquete de estímulo aprobado por el gobierno del primer ministro de centroizquierda Yukio Hatoyama, quien precisó que el Ejecutivo cuenta con financiar el gasto público con la emisión de bonos por valor de 10 mil millones de dólares. Según lo anunciado por el Ejecutivo, más de la mitad del paquete estará destinado a financiar ayudas al empleo, subvencionar la compra de electrodomésticos y autos, y a promover la construcción de edificios respetuosos con el medio ambiente. El resto del presupuesto irá a los gobiernos locales, afectados por la caída de la recaudación fiscal. Japón ha sido uno de los países más afectados por la crisis mundial, que hundió a la nación en la recesión de abril de 2008 a marzo de 2009, en la peor contracción económica desde la Segunda Guerra Mundial.