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Con un Mundial y una Eurocopa en el bolsillo, el seleccionador español, Vicente del Bosque, afrontaba en Brasil el reto de sumar una nueva corona mundialista a su exitoso currículum, pero fracasó tras perder contra Holanda (5-1) y Chile (2-0).
Del Bosque, al que el rey Juan Carlos I de España otorgó el título de marqués tras su éxito en el Mundial de Sudáfrica-2010, se hizo cargo de la selección en 2008 tras la salida de Luis Aragonés, y desde entonces en 90 partidos ha cosechado 73 victorias, 10 derrotas y 7 empates.
Ironía del destino, la derrota el miércoles ante Chile que deja fuera a España del Mundial, poniendo fin al reinado de la Roja en el mundo del fútbol, coincide con el día en el que Juan Carlos I firmó su abdicación como monarca español.
Del Bosque, que nunca acaparó protagonismo con las victorias, no podrá evitar ahora la oleada de críticas que se esperan por la bochornosa eliminación en Brasil. El técnico, que tiene contrato con la Federación Española hasta la Eurocopa-2016 en Francia, no descarta replantearse su futuro. "Es cierto que cuando sucede algo negativo en una competición tan importante como ésta trae sus consecuencias. No me gustaría entrar en ese análisis ahora, porque tenemos mucho tiempo por delante", declaró el siempre reflexivo Del Bosque tras perder contra Chile en Maracaná.
Tras años de éxitos en el Real Madrid (dos Ligas y dos Ligas de Campeones entre 2000 y 2003), el marqués de Del Bosque fue el elegido para sustituir a Luis Aragonés, artífice del triunfo en la Eurocopa-2008. Del Bosque, nacido en Salamanca hace 63 años, apostó por la continuidad en una selección que acababa de lograr en 2008 su primera Eurocopa desde 1964 con un atractivo juego de toque, el conocido 'tiqui-taca'.
Apoyado en una gran generación de jugadores, Del Bosque ganó el siguiente Mundial de Sudáfrica-2010 y la Eurocopa de Polonia/Ucrania-2012, acrecentando su leyenda.
Solamente la Copa Confederaciones se le resiste tras caer en las semifinales en Sudáfrica en 2009 y en la final ante Brasil el pasado año.
Del Bosque llegó a Brasil con la voluntad de igualar al italiano Vittorio Pozzo como único seleccionador en haber logrado dos títulos mundiales y único en la historia en encadenar tres grandes torneos internacionales, pero el sueño se rompió antes de lo previsto.
- Bonachón, diplomático y sencillo -
Su diplomacia y tranquilidad, sus declaraciones siempre mesuradas y su sencillez han hecho de este hombre de aspecto bonachón y bigote característico una de las personas más queridas por los españoles.
Los aficionados aprecian también muchos de sus gestos como cuando en octubre de 2010, con motivo de la entrega del premio Príncipe de Asturias, la versión española de los Nobel, a la selección española en la categoría de Deportes, invitó también a recoger el premio a Luis Aragonés, que estaba de invitado en el acto.
En las celebraciones de los títulos ha dejado ver su lado más humano, invitando a participar de la fiesta a su hijo Álvaro, nacido en 1989 con síndrome de Down.
Si Del Bosque destaca por su elegancia en la victoria, también lo es en la derrota y el miércoles, tras perder con Chile, destacó el trabajo de sus hombres: "Me pararía a pensar en lo que nos han dado estos jugadores", dijo en referencia a los recientes éxitos.
Pese a la eliminación en Brasil, Del Bosque quedará para siempre como el técnico que dio el primer y hasta ahora único título mundial a España.
Un hito histórico que nadie le podrá ya arrebatar y que le hizo entrar para siempre en el Olimpo del fútbol español... Aunque ahora le lluevan las críticas