En la selección mexicana de futbol crece un fenómeno extracancha cada vez que Javier Hernández se agiganta con sus goles al aumentar el número de fans del sexo femenino que explotan en alaridos ante la oportunidad de ver al "Chicharito". Gritos o letreros en cartulinas de "Te amo Chicharito" se convierten en algo común, mientras que otras jovencitas se marcan las mejillas con el número 14, el que porta en la playera el delantero en el Tricolor y en el Manchester United, para plasmar esa afinidad. Para el partido de esta noche en el Qualcomm Stadium ante la representación de Venezuela, hay un gran número de aficionadas de todas las edades, niñas, jovencitas y adultas con sentimientos afines hacia el "Little Pea", algo que en el ámbito deportivo despertó en su momento brillante de juventud el boxeador Oscar de la Hoya. Y es que el "Chicharito" es "de sangre ligera" y por lo general siempre tiene una sonrisa para las chicas, que llegaron hoy al estadio en grupo o con sus familiares para hacer del encuentro una fiesta. El arribo al escenario fue una acción de diversión, alegría, sonrisas y saludos entre paisanos, unos se sentían con la playera puesta el Chicharito, Gio, Ochoa, Vela y hasta Bautista, quien obviamente es cosa del pasado en el Tricolor, pero hoy era ponerse algo alusivo a los mexicanos. Otros más con el folclor del sarape y el sombrero, unos más con la máscara de El Santo y si no con playeras de América, Chivas, Pumas y hasta del Morelia. Los que llegaron en sus coches o camionetas instalaron sus parrillas, prepararon sus hamburguesas, hot dogs y carnes asadas con la expansión del humo y el olor, comieron tostadas, tomaron cerveza, pusieron a todo volumen sus bocinas con música de banda y cumbias, cantaron y bailaron entre trago y trago. La "Banda la parrandera" también amenizó el momento, aglomeró paisanos, se hizo el borlote. "Somos de Mich", dijo uno de sus integrantes y luego completó la frase: "Somos de Michoacán, de Morelia, para ser exactos". El balón no pudo faltar y sintiéndose unos expertos jugaron en el estacionamiento padre e hijo, padre y madre, novio y novia, al fin no importaba que el balón cayera sobre los coches, porque era el día, su día con la Selección. Las gradas poco a poco se poblaron y la "Banda la parrandera" se instaló y empezó a tocar para convertir esto en una verbena popular y el público le pidió otra y otra para esperar el inicio del partido.