El silencio, los esfuerzos por contener el llanto y el dolor de los padres de los niños que perdieron la vida en el incendio de la guardería ABC de Sonora reflejado en el rostro, contrastaron con el bullicio y el clamor de justicia de las organizaciones que apoyaron su causa. Casi medio millar de integrantes de diversas organizaciones civiles partieron de la sede del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Paseo de la Reforma hacia la Representación del Gobierno de Sonora en la ciudad de México, para pedir que se avance en la investigación. Portando fotografías de los 48 infantes fallecidos en la tragedia, con carritos, osos y otros muñecos de peluche, pelotas, prendas de vestir y flores avanzaron por Reforma gritando consignas como "no están solos" y "justicia, justicia". Un mes de dolor, de impotencia, de coraje, de no poder vivir siquiera el duelo de la pérdida porque se vieron obligados a exigir justicia desde el primer momento, los padres afectados sacan fuerza del recuerdo de sus hijos o hijas para no desfallecer, aunque la tristeza los invada en todo momento. "Lo que me levanta es la sed de justicia, ya habrá tiempo, ya habrá tiempo para lo demás", dijo con voz entrecortada Patricia Duarte Franco, madre de Andrés Alonso García Duarte, de tres años. Su esposo José Francisco Gutiérrez Quintana expuso que es difícil sobrellevar el dolor de haber perdido a su único hijo. Mostró su descontento con el ritmo de la investigación y con el hecho de que los primeros consignados tengan derecho a salir bajo caución porque, "no es posible que los responsables vayan a salir bajo fianza, porque mi hijo, cuándo va a salir de la muerte". El matrimonio formado por Martha García y Manuel Alfredo Rodríguez Anaya, padres de Xiunelth Emmanuel, también de tres años, marcharon en silencio exhibiendo las fotografías del menor y de Hedía Octavio, de dos años, quien sobrevivió a la conflagración del 5 de junio. Rodríguez Anaya lamentó el "grosero" manejo político que se le ha dado al accidente y aseveró que no aceptarán ni el apoyo económico que les ha ofrecido el IMSS, ni el millón 400 mil pesos que ha propuesto el gobierno de Sonora "para comprar sus denuncias". "Sería como pegarle una bofetada a mi hijo y yo no ceo que mi niño se merezca eso, mi niño era inocente, era puro y siempre ha sido un angelito y no creo que se merezca eso sinceramente, sería como darle la espalda", comentó. Sigue Cimbra marcha en memoria. dos. denuncias Su paso por los carriles centrales de Paseo de la Reforma, Campos Elíseos, Julio Verne y Emilio Castelar, a diferencia de otras manifestaciones, no causó molestia entre los automovilistas y transeúntes, quienes de inmediato se solidarizaban con su movimiento. Los únicos sonidos de las bocinas de los automóviles que se escucharon fueron los de muestras de apoyo y los comensales de los restaurantes de la zona de Polanco detuvieron momentáneamente la degustación de sus alimentos para poner atención a sus demandas. Al clamor de "únete pueblo no seas indiferente, los niños de Sonora también son nuestra gente", se les ensombrecía el rostro sin importar edad, sexo o condición social. Tras más de hora y media de recorrido, los manifestantes llegaron a la Casa de Gobierno de Sonora, leyeron un manifiesto nacional y procedieron a colocar una ofrenda a la entrada del inmueble y a tapizar la fachada con fotos, cartulinas, mantas y coronas florales. Un globo con la figura de un ángel que encabezó la marcha denominada "Por nuestros niños y niñas contra la impunidad" sobresalió en el acto, al igual que un muñeco envuelto en un rebozo negro, simulando a los menores fallecidos.