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No es un rumor, lo ha confirmado Linda Jackson, la responsable de Citroën dentro del Grupo PSA. Al escindirse la marca de los dos chevrones de DS -ahora una marca con entidad propia- se van quedando huecos en la cartera de modelos. El Citroën C5 seguirá intentando con quedarse con su cachito del segmento D. Es posible que los chinos disfruten antes de él, ya que ese mercado es mucho más amable con las berlinas tricuerpo.
No parece el mejor momento, con varios fabricantes generalistas en plena estampida del segmento D en los últimos años, y un dominio insultante de las marcas alemanas, incluyendo Volkswagen y Opel. El Citroën C5 se dejó de fabricar en junio para Europa, después de seis años de descenso de ventas. Las últimas ofertas que salieron fueron de derribo, un C5 a precio de segmento D, y con motores de 150 o 180 CV, ojo. Alguno quedará esperando dueño todavía, seguro.
Este movimiento de Citroën no tiene que ver con la adquisición de Opel a General Motors, ni el C5 será un remarcado del Insignia (las razones son obvias). Lo que sí parece claro es que el nuevo C5 ya no tendrá suspensión Hidractiva, pero sí debería tener la suspensión de topes hidráulicos del C5 Aircross, que llegará a Europa en 2018. Hemos estado temiendo que el SUV fuese de facto el reemplazo del C5.
En 2020 llegará la nueva generación. Citroën no solo necesita convencer con su inconfundible toque francés -quizás esta vez no intenten venderlo como algo alemanizado? sino aportar técnica. Sería muy deseable contar con lo último en conectividad, cambio automático decente, versiones híbridas enchufables y funciones de conducción semiautónoma por lo menos. El C5 saliente adolecía de casi todas esas cosas, pero ofrecía un confort de marcha difícilmente igualable en su categoría. Tampoco hubo C5 híbrido, teniendo PSA la tecnología HYbrid4 de la que sí se benefició el 508. Total, no habría marcado una enorme diferencia en ventas.
También resulta evidente que el nuevo C5 no debe pelearse contra el Opel Insignia, pues ya están en la misma familia, y debe dejar hueco al sucesor del Peugeot 508. A VAG la estrategia de coches del mismo segmento que no se pisan unos a otros le resulta bastante satisfactoria, luego es posible. Ahora PSA tiene que bregar con un catálogo de varias marcas: Citroën, DS, Peugeot, Opel y Vauxhall. Todavía no está demasiado claro cuál va a ser el encaje de cada una, pues Carlos Tavares todavía no ha sacado las tijeras para liarse a hacer recortes.