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El Senado mexicano inició el martes la discusión de las normas que permitirán implementar la controvertida reforma energética, que prevé abrir el sector petrolero a empresas privadas
La iniciativa es rechazada por la izquierda opositora e intelectuales, que convocaron protestas en contra de la ley, aprobada en diciembre por acuerdo entre el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el opositor Partido Acción Nacional (conservador).
La iniciativa impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto acaba con el monopolio estatal del sector energético sellado hace 75 años y permitirá la exploración y explotación de hidrocarburos a empresas nacionales y extranjeras.
La discusión en el Senado terminará el 23 de junio, para luego pasar a la Cámara de Diputados.
El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfatizó el martes en un comunicado su oposición a la reforma que considera que "privatiza" el sector energético. El PRD promueve una consulta popular sobre la ley en 2015.
El gobierno argumenta que la reforma permitirá dar más autonomía económica a Petróleos Mexicanos (Pemex), que aporta más de un tercio de los ingresos públicos de México y viene sufriendo una caída de producción de crudo desde 2004.
Integrantes de organizaciones civiles y algunos intelectuales se manifestaron por la tarde contra la reforma energética.
Entre los que protestaron estuvo el poeta y activista, Javier Sicilia, quien encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, integrado por víctimas de la llamada guerra del narcotráfico, que se sumaron al rechazo a la apertura en el sector energético.