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La consejera jurídica del Gobierno del Distrito Federal, Leticia Bonifaz Alfonso, informó que se han celebrado 700 matrimonios entre personas del mismo sexo, a un año de la entrada en vigor de las reformas al Código Civil que los permiten. Detalló que de esos matrimonios, 333 han sido entre mujeres y el resto entre hombres, y añadió que hay registrados 73 casos de bodas con extranjeros. Expuso que en todos los casos en el Registro Civil hay constancia de que los contrayentes residían en el Distrito Federal, “no podríamos aceptar a alguien que no tenga constancia de domicilio acá”, y muchas de estas parejas ya trasladaron su domicilio a otros estados del país, incluso del extranjero. Durante la Primera Jornada de Igualdad a un año de “Matrimonio Igualitario”, Bonifaz Alfonso dijo que los 73 casos que se tienen registrados de matrimonios con extranjeros se debe a que en los países de origen de éstos tienen políticas mucho más estrictas en este tema, por lo que decidieron casarse en la ciudad de México. En un acto realizado en el ex Templo de Corpus Christi, en el que estuvieron presentes el subsecretario de Gobierno del gobierno local, Juan José García Ochoa; y los diputados locales David Razú y Maricela Contreras, la funcionaria capitalina reconoció que a pesar de los avances aún persiste la discriminación en muchos ámbitos. Resaltó que “en la vida diaria todos los días seguimos discriminando pero no sólo de quien tiene una preferencia sexual distinta, por eso el artículo primero constitucional es tan relevante para que logremos algún día llevarlo totalmente a la práctica”. La funcionaria refirió que “así como hay discriminación respeto de los indígenas, hay todavía mucha discriminación contra la mujer y respecto de las preferencias sexuales, lo que se tiene que terminar, es un proceso cultural de finalizar con los prejuicios porque sigue habiendo las bromas de mal gusto, falta de información, etcétera”. Señaló que los casos de parejas del mismo sexo que han adoptado o tenido hijos son aislados, en los de adopción ninguno concluido y en el de mujeres que hayan tenido un hijo biológico sí, “pero son casos todavía muy pequeñitos”. En cuanto al número de trámites en proceso para la adopción por parte de esta parejas explicó que “estamos tratando de ser muy discretos con el tema porque en el momento en que trascienda la situación empeora para la pareja desafortunadamente”. Advirtió que a lo que se pueden enfrentar estos matrimonios si el asunto se hace público va en perjuicio de ellos y sobre todo de los niños, pero en todos los casos se va a proteger el interés superior del menor. A su vez, García Ochoa, apuntó que la ciudad de México ha tomado una ruta que ya no tiene regreso a favor de las libertades y de los derechos de las personas que la hacen cada vez más igualitaria. Indicó que en el programa de derechos humanos del Distrito Federal hay casi 80 líneas de acción específicas vinculadas y orientadas hacia la comunidad lésbico-gay. De ellas, dijo, algunas de las cuales están en un proceso de implementación como la construcción de un centro comunitario de atención a la diversidad sexual que servirá como ejemplo para llevarlo por diversas partes de la ciudad. También servirá para entender con mayor precisión cuáles son las dificultades para el acceso de la comunidad a todos sus derechos. La diputada Maricela Contreras, presidenta de la Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa, comentó que la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo dejan ver una sociedad que cada día está más a favor de los derechos de las personas. Resaltó que el reconocimiento de los derechos y la igualdad encuentran en la ciudad de México un asidero firme y muestra la madurez de las instituciones capitalinas como el Registro Civil. Sin embargo, subrayó, quedan muchas batallas por avanzar como la del reconocimiento de los servicios médicos a esta comunidad y en general en el ámbito de la no discriminación. Finalmente Razú, quien es presidente de la Comisión de Derechos Humanos del la ALDF, externó que la del matrimonio entre parejas del mismo sexo no era solamente una lucha por casarse sino por el reconocimiento de la dignidad humana.