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Durante décadas y décadas, Coyuca de Benítez ha enfrentado la trágica evidencia de autoridades incapaces del mínimo sacrifico. Dentro de las circunstancias que nos dan indicios de la poca o nula eficacia en el desempeño administrativo de los distintos periodos de gobierno y, que nos permiten
Cosas de presidentes
Durante décadas y décadas, Coyuca de Benítez ha enfrentado la trágica evidencia de autoridades incapaces del mínimo sacrifico. Dentro de las circunstancias que nos dan indicios de la poca o nula eficacia en el desempeño administrativo de los distintos periodos de gobierno y, que nos permiten pelar cierto juicio subjetivo, es la percepción ciudadana del gobierno en turno, es el juicio popular que en muchas ocasiones es veleidoso y dado a la poca objetividad.
La estoicidad de los coyuquenses raya en la inmolación, presidentes municipales ha habido que se han llevado, no sólo los trastos de la cocina económica de DIF, sino han cargado hasta con la cocinera. Otros ha habido más mesuradas, menos groseros en la rapacería, pero que han pernoctado en su gobierno sin ningún distintivo que los haga sobresalir.
Los más, maliciosos que llegaron al poder con la intención de asegurarse, a su persona y familia, años de buena vida económica a cargo del erario público; las leyes regulatorias en cuanto a la ordenanzas y contraloría de los recursos municipales y estatales y hasta nacionales, desgraciadamente están hechas a la medida para poder escamotearlas; muchos presidentes de municipios atrasados de Guerrero terminan su periodo escalando el estrato social de clase mediera a millonario, gracias a las bondades económicas que brinda un Ayuntamiento. Si lográramos aclarar la totalidad de ingresos personales que acumula un presidente municipal como el de Coyuca de Benítez, nos daría una cifra ofensiva y grosera que alteraría los nervios de más de un ciudadano, la escala de la corrupción es tal, que podemos asegurar que los presidentes municipales de muchos de los municipios de Guerrero, ganan más, en pesos mexicanos, que muchos alcaldes de municipios estadounidenses y europeos en dólares y euros.
Para muestra, los últimos alcalde coyuquenses se llevaron cuanto pudieron en enseres y cachivaches, más cuentas millonarias obtenidas del abuso del poder y del gobierno administrativo, desafortunadamente la conformación de los gobiernos en el país y el estado convirtieron a estos sujetos, empotrados en el poder, en verdaderos principitos que hacen y deshacen en su territorio.
Nada castiga sus trapacerías, el sistema político mexicano, es justamente un mecanismo que favorece impíamente la impunidad, los acuerdos y negociaciones tiran por los suelos los intentos de castigar la corrupción en la persona de un político que llevó a extremos licencioso su proceder político. Porqué un desempeño normal de una autoridad, es que robe, que robe sin escandalizar y seguramente no tendrá ningún problema al término de sus funciones.
Durante décadas y décadas, Coyuca de Benítez ha enfrentado la trágica evidencia de autoridades incapaces del mínimo sacrifico. Dentro de las circunstancias que nos dan indicios de la poca o
En Coyuca de Benítez se ha tenido que soportar de todas las especies de autoridades y funcionarios: los que se llevaron todo y los que quisieron llevarse todo, pero no pudieron. Hasta antes de 1993, los presidentes municipales y funcionarios también intentaban llevarse todo, aunque ese “todo” era muy precario, las participaciones y recursos que se podían manejar desde la presidencia no eran tan jugosos como en el presente.
Aunado a la actividad o quehacer primario de los ediles, que es el de birlarle a las arcas municipio todo cuanto se pueda, acontece que, inteligentes y creativos en su ambiente profesional, en las cuestiones mundanas de gobernar y entender al pueblo resultan un verdadero fiasco. Uno de los caso concretos es de Alberto de los Santos Días, quién inicia un gobierno con un muy buen equipaje y respaldo político y popular, cierta ceguera, adquirida durante el primer año de gobierno, no le permitió percatarse de la debacle de perder paulatinamente el capital político acumulado, no tanto por él, sino por su respetable padre; una ceguera propiciada por la soberbia y la falta de generosidad para con el pueblo, que intentó contrarrestar con paquetes de gestoría, que trajeron obras y también dinero, bastante dinero a la bolsa personal y, de sus cercanos colaboradores.
Todavía en Coyuca queda el mal sabor de boca y pésimo recuerdo de la actitud de algunos de los acapulqueños que lo acompañaron a gobernar el municipio coyuquense, quien no recuerda a la fecha a un despótico Rogelio Ozuna o un arrogante Jonás, sirviendo y sirviéndose en la secretaría particular, después de servirse en catastro; individuos, de los cuales se le cuestionó a “Betín” sobre su destino cuando ganara la presidencia, a lo que contestó con bastante seguridad que Rogelio no trabajaría en Coyuca; claro que la contestación sólo fue un salida de las tantas que acostumbran los políticos para salir de un mal paso.
En nada nos extrañaría que en una futura aventura de Alberto de los Santos, nuevamente se acompañe de ellos y, nuevamente los tengamos como altos funcionarios en la administración; la única diferencia es, que cuando le preguntemos a “Betín” sobre ellos, ya no le creeremos y sin ambages podamos decir: ¡Tú le crees a Betín! ¡Yo no!
Y siguiendo con nuestro tema presidencial, fuentes fidedignas me informaron que el secretario particular de Mercd Baldovinos, Ezequiel Ríos Pacheco, sucumbió ante uno de los arrebatos defenestradores del primer Edil y fue despedido, pero en honor a la verdad, cuentan que arrepentido, constantemente le hace llamados para que regrese, que sólo fue un lapsus pasajero; recordemos que Ezequiel es hermano del suplente y, que, en una de tantas vueltas de la rueda de la fortuna, viene terminando como presidente sustituto.