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"Lo obvio suele pasar desapercibido, precisamente por obvio" - Jacques Lacan
"Lo obvio suele pasar desapercibido, precisamente por obvio" - Jacques Lacan
El pasado 25 de marzo, se celebró una cumbre extraordinaria de los países más desarrollados del mundo, (representados en el G20) con motivo de la crisis del coronavirus. El resultado de dicha cumbre fue un estrepitoso fracaso: no se ha conseguido consensuar ni una sola estrategia global. Ante la falta de consenso, cada país y organismo participante, publicó sus propias declaraciones a título particular. La declaración oficial "G20 Leaders’ Statement Extraordinary G20 Leaders’ Summit" tan sólo incluye vagos compromisos de cooperación internacional. Algunos medios de comunicación aseguran que la falta de acuerdo tuvo que ver con la insistencia del representante de E.E.U.U. de denominar al virus SARS-CoV-2 “virus chino” o “virus de Wuhan”. Dichos términos fueron rechazados por los restantes países miembros del G7. Sin embargo, esta anécdota es un mero indicio de lo realmente está ocurriendo en tablero de ajedrez internacional.
Mientras que los ciudadanos, las instituciones públicas y privadas, empresas, ONGs y otros agentes sociales están luchando contra la crisis del coronavirus las dos mayores potencias económicas mundiales, EEUU y China, están luchando su guerra particular. Esta guerra es silenciosa pero intensa. Una guerra comercial sin tregua que se desarrolla en varios frentes: ser el primero en encontrar la vacuna del SARS-CoV-2, liderar el desarrollo de tecnologías, en particular las vinculadas a TICs (IoT o 5G), controlar los mercados de materias primas, proteger a sus grandes multinacionales, liderar el comercio internacional, etc. etc. Mientras que la humanidad centra su mirada en el escenario de la crisis del coronavirus, EEUU y China combaten tras las bambalinas. Las dos grandes potencias económicas del mundo, lejos de aunar esfuerzos, compiten por salir vencedores. El nuevo orden mundial no se juega actualmente en una guerra convencional o terrorista, se juega en una guerra económica detrás del telón de fondo de la pandemia. En esa confrontación, toda la humanidad pierde, como en la fábula de los burros atados por una soga.
Tristemente organismos internacionales como la WHO, WEF, OIT, ONU, UNESCO o la OCDE tienen muy poco peso específico para liderar la crisis sin el compromiso de las grandes potencias
Esta grave crisis sanitaria, económica y social requiere visión y valores. Requiere acciones globales, con estrategias sólidamente fundamentadas y coordinadas a nivel internacional en ámbitos diversos (social, financiero, económico, legal).
Tristemente organismos internacionales como la WHO, WEF, OIT, ONU, UNESCO o la OCDE tienen muy poco peso específico para liderar la crisis sin el compromiso de las grandes potencias.
Lo que a uno le sorprende y le decepciona verdaderamente es que en esta grave crisis mundial, los líderes brillan por su ausencia. No se destaca ninguna figura de la economía, la sociología, la ética, la empresa, el deporte, ... Espero que pronto se pronuncien y guíen a la sociedad en una dirección más ética, solidaria y responsable. Mientras que no existan líderes, tenemos que liderarnos a nosotros mismos.
Esta grave crisis sanitaria, económica y social requiere visión y valores
Domingo Rey Peteiro