El centrocampista Luka Modric se cortó la melena como prometió por ganar la Liga de Campeones con el Real Madrid y ese título le ha dado una gran confianza para liderar a Croacia en el Mundial de Brasil-2014.

Llegado al Real Madrid en el verano de 2012, tras cuatro temporadas brillantes en el Tottenham inglés y por un precio digno de una estrella (44 millones de euros), Modric esperó una temporada para demostrar el acierto del equipo español en contratarle. El primer año en Madrid dejó muchas dudas, alimentadas en buena parte por la poca confianza demostrada por su entonces entrenador José Mourinho.

En apenas una temporada, Modric ha pasado de ser la oveja negra del aficionado madridista a ser aclamado en el Santiago Bernabéu; de ser elegido por los internautas del diario Marca como el peor fichaje del 2012 a ser alabado por su labor en el centro del campo y su capacidad para atravesar las líneas enemigas. "La temporada pasada, jugué algunos buenos partidos, pero los resultados no acompañaron", se justificó en una entrevista a la BBC.

A sus 28 años, el 'nuevo Modric' ha festejado su metamorfosis sacrificando su larga cabellera tras alcanzar la 'Décima' a finales de mayo frente al Atlético de Madrid.

Con su nueva imagen, Modric quiere volver a situar a su país en el primer plano futbolístico, como cuando en 1998 la selección croata entrenada entonces por Miroslav Blazevic alcanzó las semifinales en su primera participación mundialista, perdiendo contra Francia, anfitriona y a la postre campeona del mundo.

Modric, internacional en 75 ocasiones (y autor de ocho goles con su selección) centra buena parte de las esperanzas croatas en hacer un buen Mundial. "Personalmente, yo no subestimaría a Croacia" advirtió el jugador hace unos meses. "Siempre hemos jugado bien en las grandes competiciones, ya sea la Eurocopa o el Mundial (...) Estamos en un grupo difícil, pero esperamos conseguirlo (la clasificación)".

Superar las pruebas y romper los pronósticos ha sido durante mucho tiempo la marca de la casa de Luka Modric, cuya familia quedó marcada por el conflicto en la exYugoslavia.

- Brasil "necesita ganar" -

Demasiado pequeño y débil, el jugador fichado por el Dínamo de Zagreb tuvo que partir a los 17 años a Bosnia, con una cesión por una temporada al Zrinjski Mostar, para al fin convencer.

Fichado por el Tottenham tras una brillante participación en la Eurocopa-2008, donde fue elegido en el once del torneo, el croata creció en Inglaterra, musculando su juego para poder luchar físicamente contra rivales poderosos.

Es cierto que en el Real Madrid le costó adaptarse, pero la marcha al Arsenal del mediapunta alemán Mesut Özil y la llegada al banquillo blanco del italiano Carlo Ancelotti favorecieron el paso al frente dado esta última temporada por este organizador moderno y técnico, valioso por su trabajo defensivo, su visión de juego y su capacidad ofensiva. "Cuando el equipo rival se reagrupa atrás, la posibilidad (que Modric da) para generar unos contra unos nos da más oportunidades", resumió Ancelotti.

Con su voz grave y su tímida sonrisa, Modric afronta ahora el Mundial con su reserva habitual, pero con mucha ambición, pese al difícil estreno que tendrá Croacia ante Brasil el jueves, en el primer encuentro de la Copa del Mundo. "No creo que sea la peor situación para nosotros", desdramatizó la estrella croata. "A un partido, podemos ganar a cualquiera. Brasil es uno de los favoritos, pero nosotros estamos convencidos de que les complicaremos la vida. Ellos necesitan ganar, mientras que nosotros no tenemos tanta presión".