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Milagro: Acto de poder divino, superior al orden natural y a las fuerzas humanas
Diccionario de la Lengua Española, Real Academia de España. Pág. 876
Introducción
Como anoté en una crónica anterior, que tenía una sobre los milagros, van algunas anécdotas familiares, sobre pérdidas de dinero y su recuperación en forma de milagros.
Las pérdidas materiales, específicamente, las de dinero, son cotidianas y hasta consideradas como normales en las sociedades de todos los países, pero las pérdidas de dinero, hacen sentir a las victimas muy mal, pues el dinero que pierden les afecta porque casi siempre tenía un destino: Ya sea para alimentación, salud, vivienda, estudio, o compromisos con algún contrato, giros, honorarios profesionales, o gastos familiares importantes de carácter domestico.
Las personas que pierden su dinero se sienten tristes, depresivas, inseguras y muy nerviosas, en mi familia, hemos sufrido algunas perdidas por robo, que han sido irrecuperables, y otras por azar que se solucionaron en forma increíble, lo que me inclina a pensar que se presentaron y se resolvieron como un “Milagro”. Van las anécdotas familiares.
1a Anécdota: Una noche, dos hermanos, Pastor y Josefina, salieron en Caracas a ver un apartamento que necesitaba Josefina para mudarse. Tomaron una buseta hasta San Bernardino para ver dicho apartamento, ella llevaba el dinero del depósito (producto de un préstamo que le hizo un pariente): José Zambrano, que era gerente de la Agencia de Quinta Crespo, del Banco Unión.
Al subir a la buseta, ella le paso el dinero a su hermano, para que estuviera más seguro, en esa época imperaba el machismo, donde se consideraba a los hombres más valientes, el podía cuidar mejor ese dinero, sin embargo, las cosas ocurrieron de esta manera: el recorrido fue muy largo para llegar al apartamento, y acordaron no ir a verlo y quedarse en la buseta, donde ya solo quedaban ellos y el conductor, y regresarse a San Bernardino, que era donde quedaba el terminal.
Pastor dijo: “Yo voy a acostarme y dormir un poco en el asiento de atrás”. Josefina se ubicó al lado del conductor en amena charla, como si fuera un copiloto. La buseta bajó y se fue llenando de pasajeros en su recorrido hasta llegar a la Plaza La Candelaria, allí, el conductor recogió mas pasajeros, ellos bajaron, se despidieron del conductor con el que habían compartido todo un viaje y se dispusieron a regresar a la residencia de estudiantes donde vivían. Cuando Pastor se dio cuenta que había perdido la billetera, que con seguridad se había caído en el asiento que le sirvió de cama.
Intentó llamar al conductor pero este arrancó porque no lo oyó...
Informaron al supervisor de los colectivos y él les dijo que lo esperaran allí a que regresara del recorrido Plaza La Candelaria – San Bernardino - Plaza Candelaria, el que duraba como una hora y media.
Ellos esperaron y cuando volvió, la buseta llegó llena. Pastor habló con el conductor y él le dijo: “Pase, pero ha subido y bajado mucha gente. Pidamos a Dios que le ayude” (Un mensaje positivo) A pesar de que la buseta estaba llena, el asiento último donde se había acostado Pastor, estaba vacío y sobre el estaba su cartera, con los 900 Bs del depósito para el alquiler del apartamento.
Josefina, mientras esperaba el regreso de la buseta, le había dicho a su hermano: “pensar que tengo que pagar esa deuda en un año al Banco, hasta con intereses del préstamo”, y él le dijo: “si se perdió, yo te ayudare a pagarlos”, pues eran 900 Bs de los buenos, no los de la Revolución actual, que cada vez valen menos, era cuando el dólar estaba a 4, 30. Ahora, cada día hay mayor inflación, desajuste económico e incertidumbre y nos preguntamos: ¿Qué pasará ahora con este cambio constante de la moneda?
Cuando Pastor encontró la cartera, que no solo tenía el dinero de Josefina sino también el de él, un pasajero dijo: “Que muchacho tan suertudo”. Otro dijo: “Si no lo veo, no lo creo” y otros comentarios similares, hasta que una señora se paró de frente y dijo: “¿Saben lo que pasó? Eso es un milagro”.
2a Anécdota
Esta es similar a la primera, ya que se trata de la pérdida de un dinero que tenía un destino, el pago de tres meses de Colegio de los dos niños del matrimonio de mi sobrina Mary con Alejandro. Ellos iban rumbo al Colegio, a pagar y hacer inscripción de sus hijos. Pero antes de llegar, hicieron varias paradas:
Muchos Milagros aparecen en nuestra vida
Al pasar, Alejandro se disponía a pagar, registro los bolsillos de la chaqueta y nada... En el pantalón tampoco estaban los billetes y exclamó: “¿Donde está el dinero? ¿Lo tienes tu, Mary?” Ella respondió: “No, yo no lo tengo, lo traías tu”,
- ¡Ah!, Entonces se esfumó. Revisa tu cartera...
El estaba muy preocupado. Ella respondió: “ya te dije que yo no lo tengo. Vamos a regresarnos para buscarlo”
Regresaron a la tercera parada, el cafetín. En la mesa que ocuparon no estaba.
Fueron casa de la tía y de la mamá y tampoco estaba el dinero. Salieron a la calle y se pararon en la acera, ya que al frente había estacionado el auto. Alejandro bajo la vista y miró a la calle, vio un bultico debajo de la acera, ahí estaba el paquete con el dinero, se le cayó cuando bajó a buscar el auto.
“Aquí esta, aquí esta” grito con gran alboroto y alegría, ya que era la solución a un problema inmediato, pagar el colegio, pues muchas veces, en algunos colegios, se puede perder el cupo por falta de pago, a lo mejor en este Colegio no lo harían, pero era una duda preocupante. Dieron gracias a Dios y exclamaron: “Esto realmente parece un milagro”
3a Anécdota
Mary, mi sobrina, se preocupa mucho por la familia, no solo la cercana, esposo, hijos, padres y hermanos, sino por sus tíos, tanto maternos como paternos y en caso de emergencia siempre se acude a ella y se le llama a su sitio de trabajo, en las empresas de su padre. Sus oficinas quedan en la Av. Urdaneta de la ciudad de Caracas.
Una mañana recibió una llamada de emergencia acerca de una caída que había sufrido su tío Ángel Castillo, en el Centro Simón Bolívar de la ciudad de Caracas. Fue auxiliado por los bomberos y fue complicado conseguir un familiar o un teléfono inmediato, ya que el señor estaba inconsciente, revisó los documentos y hallaron unos teléfonos de Valencia y Barinas. Llamaron a los dos. En Barinas si estaba un pariente, y este fue el que llamo a Mary para darle parte y que se ocupara del caso, pues Castillo no reaccionaba y su esposa estaba imposibilitada con Alzheimer. Mary buscó a Bernardo para ir a verlo. En principio, parece que lo llevaron a un hospital cercano al lugar de la caída, después a El Algodonal, hasta que por último los bomberos lo ubicaron en el Hospital Militar de Caracas.
Cuando Mary y Bernardo, por fin lo ubicaron, el tío seguía muy mal y estaba muy confuso, se había golpeado la cabeza y pronunciaba todo tembloroso tres palabras: “Zapato – plata – Rosario”. Estas palabras las repetía sin cesar, “Zapato – plata – Rosario”, sin abrir los ojos siquiera... Nadie entendía que quería decir, ni el personal, ni los dos parientes que querían ayudarlo y tranquilizarlo, el paciente tenía golpes físicos, pero no se quejaba de dolores, sino que repetía una y otra vez: “Zapato – plata – Rosario”. De repente, entro en la habitación un bombero, con un zapato del paciente en la mano, lo había recogido lejos de la caída, se supone que tuvo un resbalón, y dentro del zapato había doscientos mil bolívares. Cuando el tío reaccionó, se despejó la incógnita de las tres palabras: “Zapato – plata – Rosario”. La esposa del señor Ángel se llama Rosario, el dinero era para pagar exámenes de ella y tratamiento médico pues sufría de Alzheimer, el zapato rodó en la caída y nadie se lo llevo y no se perdió el dinero, ya que por ahí pasa mucha gente; agradecieron al bombero que como siempre puso en alto su digna profesión y todos los presentes en el caso, lo consideraron como un milagro.
Como siempre se me pide en mis crónicas más sobre Deepak Chopra o sobre Paulo Coelho. Voy a citar algunos párrafos de los dos autores donde escriben sobre los milagros;
Chopra escribe lo siguiente: “Cuando el espermatozoide se unió al ovulo para crear al ser humano que eres ahora, nadie podía haber imaginado la increíble historia de tu vida, las fantásticas vicisitudes de tu pasado, las personas que conocerías, los hijos que tendrías, el amor que generarías, la huella que dejarías en este mundo, No obstante, aquí estas, una prueba viviente de los milagros cotidianos. El hecho de que no podamos ver los milagros, como vemos los trucos de magia, con su gratificación instantánea, no significa que no están ocurriendo. Muchos milagros necesitan tiempo para revelarse y poder ser apreciados...” D. Chopra. Sincrodestino.
Paulo Coelho en el libro “El Manuscrito encontrado en Accra”, se refiere a los milagros y escribe lo siguiente:
“y que cuando abramos la boca, podamos no solo hablar la lengua de los hombres, sino también la lengua de los ángeles. Los milagros no son cosas que ocurren contra las leyes de la naturaleza, nosotros pensamos así porque en realidad no conocemos las leyes de la naturaleza, y que en el momento en que logremos eso, podamos inclinar la cabeza en señal de respeto diciendo: yo estaba ciego y pude ver, yo estaba sordo y pude oír, estaba mudo y pude hablar. Porque las maravillas de Dios se operan dentro de mí y todo lo que yo creía perdido regreso” Paulo Coelho. El Manuscrito encontrado en Accra, pág. 117
Este texto, aparece en el libro El Manuscrito encontrado en Accra que son fragmentos de los manuscritos de Nag Hammadi, que fueron los papiros encontrados como traducciones griegas, escritos al final de la era cristiana en el año 180 DC, texto conocido como los evangelios apócrifos.
Con los escritos de Chopra y Coelho, cierro esta crónica referida a pérdidas de dinero y su milagrosa recuperación.