Seguramente perteneces al más del 90% de los capitalinos que se vio en la necesidad de permancer el mayor tiempo posible en su casa asomando de vez en vez la cara para asegurarse de que el mundo seguía allí afuera.

Ante esta situación seguramente preparaste tus peliculas, juegos de mesa, tus juegos favoritos en línea y demás actividades que pudieran contener la insistencia de tus pequeños por salir al parque o por lo menos a la calle para jugar fut.

Todo parece indicar que tienes estabilizada la situación con algunas provisiones que te permiten salir lo menos posible, los cubre boca listos y en el refrigerador, con letras grandes y remarcadas, los puntos claves que te indicarán si algún miembro de la familia se comporta de manera sospechosa.

Así que de pronto tienes la brillante idea de aprovechar estos días para dedicarle tiempo y cariño a tu pareja, después de tus actividades del día que a instantes pareciera que  ya no tienes que hacer, duermes a los niños temprano, te pones muy linda y comienzas a hacerle cariñitos a tu pareja cuando de pronto.... Sale corriendo de tu lado con cara de espanto ¡Oh Dios! ¿Qué todavía no te queda claro que estamos en contingencia, no debemos tocarnos, besarnos y menos...? exclama angustiado.

Tú, lo miras como si fuera parte de tu novela favorita, no lo puedes creer. De pronto ya no sabes si reir o llorar. Así es, tu pareja es víctima del pánico que muchos mexicanos sintieron y resintieron cada que encendían su televisor o sintonizaban la estación de radio cotidiana.

¿Qué haces en este caso? ¿Cómo le explicas a tu pareja?

 Tu panorama no podría estar mejor, no puedes salir, las películas las has visto por lo menos dos veces, los niños están inquietos, en la televisión todo es Influenza y tu pareja cree que lo mejor es dormir con el cubre bocas puesto.

¿Qué haces en este caso? ¿Cómo le explicas a tu pareja?  Si no han estado en contacto con personas con sospecha de influenza y en tu casa las medidas de higiene son las adecuadas, ustedes son personas sanas, la vida en pareja debería o tendría que ser lo más normal posible.

Entonces llegan las preguntas a tu cabeza ¿Será sólo un pretexto? ¿Estará tratando de decirme algo? ¿De verdad está afectando tanto esta situación a mi pareja? ¿Cuál será el verdadero fondo de esta reacción?

Ahora ya eres víctima del pánico, pero no del pánico a ser contagiado por una extraña enfermedad viral con tintes de mito sino de la inseguridad, sospecha y celos de lo que realmente está sintiendo y pensando tu pareja.