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Tras el previsible fracaso del referéndum independentista catalán del 1 de octubre los españoles, primero los catalanes, deben preocuparse, más que por la agitación que provocarán los separatistas más activos, por la ira de muchos ex cristianos de su región conversos al islam y atraídos por la violencia yihadista.
Los servicios secretos españoles creen que alrededor del treinta por ciento de los militantes independentistas de ERC y CUP simpatizan o están cerca del islamismo, y que una parte de ellos, al menos el diez por ciento, apoyan la yihad global, que une su anti occidentalismo con la religión islámica, aunque tengan pocos conocimientos de ella.
Mucho antes de los atentados del 17 de agosto, que provocaron 16 muertos, los expertos en terrorismo islámico Fernando Reinares y Carola García-Calvo alertaban desde el Real Instituto Elcano sobre la radicalización yihadista que se observaba en conversos catalanes.
Esta mezcla de independentismo con ultraizquierda y fácil fanatismo religioso es un riesgo que tiene muy preocupadas a las inteligencias española y de los países aliados, pero también a la del régimen marroquí, acosado por yihadistas que atentan contra su existencia, y que lo harán para reconquistar "su España-al Ándalus".
El independentismo catalán ocultado por Jordi Pujol prefirió atraer la inmigración musulmana a la latinoamericana desde 1980 porque no hablaba español y aprendería antes catalán. Los terroristas del 17 de agosto, hijos de los inmigrantes, ya eran así y su idioma español era el catalán
Ahora hay censados en Cataluña 519.000 musulmanes, muchos pacíficos, pero allí tres de cada cuatro mezquitas y oratorios son fundamentalistas; de ellos surgen yihadistas, aunque su setenta por ciento se radicaliza fuera de esos ámbitos, en pequeñas reuniones o internet.
Sí: una gran preocupación de la seguridad del Estado está tanto en islamistas tradicionales como en millares de catalanes radicales y conversos vengadores de las Cruzadas, la Reconquista y la no independencia de su esperada república islámica catalana.
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No es de Salas. Es la bandera de la República catalana.
