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A diez años de su deceso, la escritora, periodista y crítica teatral de origen polaco Malkah Rabell, quien murió el 25 de junio de 2001 en la capital mexicana, continúa siendo un referente obligado para quienes se dedican al arte escénico. Regina Rabinowitz, mejor conocida como Malkah Rabell, quien nació el 23 de octubre de 1918 en Polonia, también destacó como una férrea luchadora social y dedicada docente de las nuevas generaciones. Debido a la situación que atravesaba su patria en la época en que nació, su familia se vio forzada a emigrar del país, así sus días transcurrieron entre Francia, Argentina y México, siendo éste último país donde estableció su residencia definitiva. Su labor como crítica la llevó a participar en numerosas publicaciones como: "México en la Cultura", "Diorama de la Cultura", "Los Universitarios", "Escénica", las revistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Respecto a su desempeño como crítica, el dramaturgo mexicano Víctor Hugo Rascón Banda escribió: "fue una de las críticas más informadas, cultas e insobornables del teatro en México, contar con su amistad era un privilegio, contar con su opinión favorable era un honor". Rabell colaboró durante décadas como columnista en diarios capitalinos. A la par de su trabajo periodístico y crítico también realizó traducciones de obras como: “Sociología y destino del teatro”, de J.R Bloch y “Vida y teatro”, de N. Evreinoff. Fue autora de novelas como “En el umbral de los ghettos” y “Tormenta sobre el Plata”. De su legado ensayístico nos heredó “Por qué ríe la gente”, “Luz y sombra del antiteatro” y “Decenio de teatro mexicano”. El Alzheimer obligó a Malkah Rabell pasar tres años recluida en su departamento de la colonia Hipódromo Condesa, hasta que finalmente falleció el 25 de junio de 2001, tras haber vivido entregada al arte y la docencia. Entonces, Rascón Banda lamentaba el poco reconocimiento a la "decana de los críticos", pues declaró se le debía un homenaje por parte de la comunidad teatral por haber sido "una pluma inteligente y honesta, de las que ya no hay muchas".