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La pandemia ha despertado el ánimo de la desconfianza en la democracia, alentada por las limitaciones sanitarias que impone el peligro de contagio y las limitaciones de las libertades civiles para evitar su propagación
La respuesta a estas limitaciones, desconocidas para la mayoría de la población de algunos países, está produciendo brotes de anarquía y rechazo a la autoridad del Estado, algo que en su tiempo se llegó a llamar la corrupción del principio de la Democracia.
“El pueblo quiere hacer lo que es incumbencia de los magistrados: ya no los respeta. Desoye las deliberaciones del Senado: pierde el respeto a los senadores y por consiguiente a los ancianos. Cuando a los ancianos no se les respeta, no se respeta ni a los padres: luego los maridos no merecen ya ninguna deferencia ni los maestros ninguna sumisión. Todos se aficionarán a este libertinaje: no respetarán a nadie ni las mujeres, ni los niños, ni los esclavos. Perdida la moral, se acaban el amor al orden, la obediencia y virtud”. (El espíritu de las leyes. Montesquieu)
Desde el inicio de la pandemia, hemos visto y oído múltiples manifestaciones en desacuerdo con la política seguida por los Estados y sus gobiernos respectivos, que van desde las manifestaciones callejeras a la exhibición amenazante de las armas.
Hemos conocido actitudes absolutamente irresponsables por parte de gobernantes que han ridiculizado e incluso negado la gravedad de la pandemia y hemos tenido que soportar un sinfín de teorías de la conspiración de muy diversas procedencias.
Año y medio después de que se iniciara esta dramática situación, poco a poco y con muchas reservas se va admitiendo la gravedad de la pandemia y sus terribles consecuencias a medio y largo plazo, sólo aliviadas con la vacunación masiva.
Una vacunación masiva que también ha despertado las ambiciones desmedidas de enriquecimiento y usura por parte de las multinacionales y gestos insolidarios en algunos sectores de la población.
Como hemos mencionado en un anterior artículo, la pandemia ha generado una Sindemia, debido a las interacciones que se derivan de sus efectos colaterales y las respuestas ante un estado de alarma desconocido hasta ahora por buena parte de la población.
Corromper la Democracia conduce al abismo de la anarquía
Y es en ese contexto, en el que se produce la corrupción de la democracia que es alimentada en los medios y en la calle, desde algunas organizaciones políticas especialmente vinculadas al fascismo y al mundo ácrata.
La violencia incontrolada contra todo, en muchas manifestaciones, las declaraciones irracionales de personajes públicos, la desobediencia sistemática de las recomendaciones de las Autoridades Sanitarias por parte de los ciudadanos, especialmente los más jóvenes y un sinfín de acciones y declaraciones a cada cual más sorprendente e inadecuada a la situación.
Acudimos a la representación de una especie de histeria colectiva, en la que los actores se saltan los papeles y agreden el escenario hasta quemar la tramoya, sembrando el caos en los espectadores.
Y esta es la otra parte de la corrupción de la democracia que más preocupa, ya que conduce al miedo que es la antesala del pánico y que da paso al despotismo, el abuso de autoridad y al recorte de las libertades democráticas.
Y situados en perspectiva a medio y largo plazo, la pandemia va a durar años, la pandemia no se va a terminar con la llegada del verano o con la vacunación masiva y en consecuencia muchos gobiernos van a tener la tentación de crear leyes para el control de la pandemia, que no es otra cosa que el control de la población.
Ya se habla de un pasaporte Covid, se habla de una credencial de vacunación, se habla…de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, los vacunados y los no vacunados.
Después vendrán los inmunizados y los no inmunizados, los confinados y los no confinados, los admitidos y los rechazados.
Estamos a punto de deslizarnos por la ladera de la corrupción de la democracia a la que se refería Montesquieu., pero seguimos contando con una mayoría sensata y prudente que debe tomar clara conciencia de dónde proviene la corrupción de la democracia y a quién interesa.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro