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Para develar cómo se logra con música contar una historia, la importancia del sonido directo en el cine y la sinergia entre directores y musicalizadores, fue realizada la mesa de análisis y reflexión “Diseño y supervisión musical”, con la participación de Lynn Faichtein, Herminio Gutiérrez y Rodolfo Romero. Los especialistas disertaron la víspera sobre el papel y la importancia de estos aspecto en la realización cinematográfica, cuyo panel estuvo moderado por el productor Leonardo Zimbrón, como parte del desarrollo de la cuarta mesa, en el marco de los “80 años del cine sonoro en México”. Tras una breve introducción efectuada por Zimbrón, Herminio Gutiérrez, supervisor musical, explicó cuál es su tarea y cómo la realiza. Asimismo, habló de que de un acto tan simple de escuchar una canción se contribuya, luego, a convencer, primero al director, luego, al productor, y al diseñador de sonido, de que ese tema se apega a la historia que se busca a contar. Igualmente, señaló que existen situaciones complicadas como es el derribar barreras entre los nuevos realizadores y la labor de los supervisores musicales. Destacó que otra de las circunstancias en su tarea es que tras haber seleccionado los temas el productor le diga que se pasó 50 mil dólares del presupuesto y que debe “corregirse” ese detalle, por lo que deben de buscarse alternativas. Rodolfo Romero, en su disertación como diseñador sonoro, hizo una recapitulación acerca de su trabajo y de cómo se inició en el terreno cinematográfico. Subrayó que él, como muchos otros, entre ellos Martín Hernández, venían del terreno de la publicidad, así que debieron adaptarse al medio cinematográfico. Fue así que recurrió a varios ejemplos, el primero de ellos, su labor en “Amores perros”, por lo que con el segmento del choque en el filme de Alejandro González Iñárritu, que acontece en el tercer choque de autos en la historia, aclaró el papel de un diseñador sonoro. Dejó entrever que el papel del diseñador sonoro es actuar casi como mago, es decir que el público no se dé cuenta de que ellos han intervenido para sustentar con el sonido el relato en la pantalla. Dijo que actualmente el cine es un poco “socio” debido a la tecnología, por lo que se debe de separar el audio y darle consistencia a la película. Dijo que el diseñador sonoro no trabaja solo, que en su caso, tiene a su cargo un equipo de siete personas y que ya no se reparten los rollos para hacer el diseño de sonido sino que se crean atmósferas. Para lograr ese objetivo deben seguirse diversos pasos, entre ellos, la ambientación, los efectos y los “folies-artes” (como el movimiento de la ropa, las cucharas o vasos o hasta el destape de una botella de agua). “El sonido directo, es la columna vertebral de la historia en una película”, concluyó. Lynn también recurrió a una serie de ejemplos, apoyada con la proyección de algunos en la pantalla, para lo cual inició con “Acorazado”, de Álvaro Curiel. Subrayó que tras su paso por el radio y la televisión, en el cine encontró su espacio, “ahí encontré a un ser humano con el que me entendió maravillosamente: el director”. Abundó que en el cine ha tenido la suerte de encontarse con gente que en verdad le gusta la música y que sabe lo que no quiere, sumergiéndose junto con el supervisor musical en un proceso creativo. Dijo que actualmente trabaja en un nuevo proyecto y que este director, al igual que con González Iñárritu, son unos melómanos y sensibles para darse cuenta de que la música les sirve para comunicarse con sus actores. Otro de los filmes que está supervisando es “Peper boy”, en donde el director retrata el entorno de una familia blanca, en Miami, de clase alta. Se trata de el dueño de un periódico que tiene dos hijos, uno de ellos es un reportero que viene de fuera a investigar un caso, y el otro, un menor dedicado a otras tareas. Lynn, señaló que lo primero que se les ocurriría es añadir, con respecto a la época en que se desarrolla la historia a finales de los años 60 y principios de los 70, música country. Sin embargo, lo que harán será colocar a toda esa gente de raza blanca en un mundo sonoro de música negra, pura herencia de Diane Ross y The Supremes. “Lo que el director hará es crear un mundo, musical y auditivamente, negro y que en la pantalla se verá blanco”, explicó. Comentó que en “María llena eres de gracia” vivió la experiencia de que el director no quería música, pero que cuando se llegó al primer ensamblado de la película se dieron cuenta de que les urgía un supervisor musical. Lynn tocó un punto de alerta en la industria fílmica, al señalar que el uso de la música se ha complicado y encarecido, pues como ya no se venden discos ahora las discográficas venden sincronizaciones. “De esta manera se puede vender más a Ely Guerra, Zoé, lograrán un mejor ingreso con una sincronización que con cinco mil discos”, dijo. Ante ese panorama la industria de la música se ha complicado llevando a que los abogados de cualquier película actúen de manera sofistificada. “Las tres primeras semanas, el trabajo de un musicalizador con el director, sea una delicia, y que todo mundo adore el trabajo de un musicalizador, pero los otro ocho meses intentarán de que ambos se pongan de acuerdo y que el uso de las canciones pueda pagarse”. Explicó la complejidad de la compra de derechos para usar determinadas canciones, dijo que incluso, hay temas que sólo se pueden adquirir por territorios, lo que es una locura. Por tanto, añadió que la selección de la música debe de hacerse, casi como una cirugía, porque si las canciones no están pagadas y acreditadas como debe de ser un productor se expone a que le sea quitado un 40 por ciento del ingreso en taquilla, por una demanda. Es así que, los abogados de una película chica o de gran estudio, deben asegurarse de que las licencias estén en orden para poderse vender la película a un distribuidor. Otro de los puntos que resaltó la supervisora musical, luego de haber trabajado con “El infierno”, de Luis Estrada, es que empresas estadounidenses han ido adquiriendo catálogos de música mexicana, así que se debió negociar la compra en Estados Unidos. Cabe señalar que serán siete mesas de análisis, y entre las próximas destacan: "Creadores de la música", el 15 de noviembre; "La voz del cine", el 22 de noviembre, y el programa cerrará con "El diseño sonoro", el 29 de noviembre.