La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que fueron detenidas y consignadas dos personas que en dos locales de la Plaza Uruguay, ubicada en el centro de la ciudad, comercializaban y producían artículos de pieles de fauna silvestre prohibida y especies disecadas. En un comunicado la Profepa indicó que en coordinación con la PGR y la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal puso a disposición del Ministerio Público a esas personas, pues no acreditaron la legal procedencia de las partes y derivados de fauna silvestre que les encontraron en los locales 137 y 147. La dependencia precisó que fueron decomisados 133 productos derivados, tanto de especies en riesgo de extinción como reguladas por la legislación ambiental, entre ellas bolsas y fundas para navaja de pieles de tigrillo, iguana verde, cincuate, tortuga de río y víbora de cascabel. Además cocodrilos de río y de pantano disecados, así como armadillos, tortuga marina, bolsas de mano de caparazón de tortuga de desierto, cráneos de guacamaya verde y de cigüeña americana y caparazones de tortugas de orejas rojas. También pieles de cabeza de coyote, de zorra gris, bolsas de mano con incrustación de piel de zorra gris, collares de pecarí, venado temazate, venado cola blanca, oso negro, de caparazón de armadillo, cocodrilo, serpiente, tortuga casquito, víbora de cascabel y cinturones con incrustación de piel de víbora de cascabel. La Profepa recordó que la captura, acopio y comercialización de ejemplares, productos y subproductos de fauna y flora silvestres está tipificado por el Código Penal Federal como delito grave. Quienes lo infrinjan se hacen acreedores a una pena de hasta nueve años de prisión y a una multa que fluctúa entre 300 y tres mil días de salario mínimo. Asimismo se pueden adicionar tres años de prisión y mil días de salario mínimo a la pena antes mencionada de encontrarse agravantes en los hechos, como es el comercio ilegal.