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Dentro de Emiratos Árabes Unidos se considera a Dubai como la gran capital de la innovación y el progreso, el centro de negocios y de ocio por excelencia. Descubrir sus secretos es tan sencillo como atreverse a callejear y curiosear por sus diferentes barrios y distritos
Dubái, situada al norte de Abu Dhabi, es uno de los referentes mundiales en lo que a desarrollo se refiere. De lo que era un pequeño un pequeñísimo núcleo de población en un rincón perdido en medio de un gran desierto solo queda un leve recuerdo. Hoy por hoy, en los 1.500 km2 que suma la superficie de Dubái -uno de los 7 emiratos que constituyen Emiratos Árabes Unidos- viven más de 2 millones de personas a los que se han de añadir los casi 15 millones de turistas que acuden a visitar esta capital cada año.
Caminar por sus calles principales es como asistir a un desfile de lujo a escala ampliada y en 3 dimensiones: ferraris, BMWs, ejecutivos y ejecutivas con ropa de diseño para ir a la oficina, adornados con complementos y joyas que quitan el hipo, sobre zapatos con los que da pena hasta pisar el suelo… También están las prisas y estrés propio de una gran capital pero, si uno se para a analizarlo con detalle, verá que poco o nada tiene que ver con el mundo a la carrera que se vive en algunas grandes ciudades europeas, asiáticas o estadounidenses como Madrid, Nueva York, Tokio o Shangai. Dicen, de hecho, que Dubái es un lugar de negocios al que ir a relajarse.
Esto es cierto y se comprende si uno mira su conjunto: la ciudad ha crecido alrededor de construir para esos grandes hombres y mujeres de negocios espacios de los que presumir, en los que querer estar, en los que desear quedarse a vivir. Tras los ventanales que ascienden hacia el cielo infinito hay lugares donde la comodidad es una religión. El sector hotelero es la vanguardia de ello: hoteles cuyas habitaciones pueden llegar a medir el doble que tu casa; restaurantes con vistas panorámicas sobre la ciudad, el mar y el desierto; centros de spa que se abren sobre azoteas inmensas que te sitúan a escasos metros de las nubes; tiendas en las que llegar a perderse, donde encontrar prácticamente todos los caprichos que puedas llegar a imaginar.
Una representación de ese progreso y desarrollo plasmado sobre los pilares del lujo y la ostentación barroca es The Palm, un conjunto de islas artificiales diseñadas con forma de palmera que se abren sobre el golfo Pérsico. Cuando uno las ve ante sí, bien desde el aire bien a pie, es como una ensoñación, tanto que cuesta creer que sean reales. La bienvenida la ofrece uno de los mayores hoteles del mundo, el Atlantis, que combina el estilo clásico árabe con un compendio de servicios de última generación capaces de hacerte sentir como el jeque más rico del mundo.
Los hoteles en Dubái son la mejor muestra del estilo de vida que fomenta esta capital, concentrando los establecimientos más lujosos del mundo
Pero alrededor de estos grandes mastodontes del turismo también se encuentran hoteles más modestos que no desmerecen en absoluto. En realidad, son como los hoteles de gran lujo que se pueden encontrar en Europa o EEUU pero mejores. Algunos de ellos están en pleno corazón de Dubái Creek, en la zona conocida como Bur Dubai como el Arabian Courtyard Hotel & Spa, el Hyatt Regency, que ofrece exclusivos apartamentos o el Park Regis, todos muy cerca de la Dubai Maritime City.
La fuerza económica de Dubái no se ve solo en el turismo -si bien es una fuente de ingresos muy importante y cada vez con más peso- sino en su PIB general que no ha dejado de crecer a un ritmo de más del 3% en la última década, consolidando un poder adquisitivo alto en esta capital. Petróleo, construcción, gestión inmobiliaria y aviación (que representa él solo un 30 del PIB) son los sectores sobre los que se sostiene la capital. Exporta sobre todo a la India, Arabia Saudí y Suiza e importa de China, Estados Unidos y Reino Unido esencialmente.
La vida es cómoda y existe una renovada efervescencia cultural que crece alrededor del turismo de negocios y del de temporada alta, con una programación activa de citas que beben tanto del modelo de ocio occidental como de sus tradiciones más arraigadas. Ecléctico y, sobre todo, exclusivo, el ocio en Dubái es muy urbanita y muy sofisticado. Los restaurantes forman parte de ese circuito, al igual que las tiendas y boutiques, los locales de moda para disfrutar las noches y las áreas deportivas, de playa y de naturaleza.
Organizar unas vacaciones en Dubái requiere dedicar cierto tiempo a encontrar el alojamiento adecuado. Un buen hotel es crucial para poder disfrutar de esa parte de Dubái que tiene que ver con cómo te atienden en este tipo de establecimientos, qué espacios te ofrecen y qué servicios te brindan. Antes de reservar es conveniente consultar las fotos de hoteles en Bur Dubai, Jumeirah o Deira, revisar bien los servicios que ofrece cada uno y analizar la relación con su precio. Por lo general, las tarifas son sorprendentemente asequibles. Busca también firmas de cierto peso en el sector hotelero porque son siempre una garantía. Recomendables son, por ejemplo, los restaurantes del Arabian Courtyard Hotel & Spa, que ya mencionamos antes, y las tarifas por habitación que ofrece el Hyatt.