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Inglaterra se despertó este domingo con una gran resaca tras la eliminación del 'XV de la Rosa' de 'su' Mundial, una humillación que tendrá repercusiones mucho más allá del campo de juego.
"El crash", "la humillación", "la agonía": la prensa dominical decretó "el fin del mundo" después del gran fiasco de la historia del torneo. Nunca antes el país, organizador de Mundial y claro aspirante al título, había caído en la fase de grupos.
"Hay un sensación de incredulidad, de asombro esta mañana (domingo). Todavía no puedo creerlo", comentó el domingo Martin Corry, campeón del mundo en 2003.
Las consecuencias de esta 'English exit' ('salida inglesa') son múltiples. Van a notarse en el equipo, la Federación (RFU), los patrocinadores y en los aficionados ingleses, que ya vieron como sus seleccionados en fútbol y cricket sufrían eliminaciones en la primera fase de sus Mundiales.
El equipo del seleccionador Stuart Lancaster, en el disparadero, deberá "responder a cuestiones difíciles estos próximos días", admitió el capitán Chris Robshaw, muy criticado. Responder al desencanto del público, que obligó a la novia del capitán a encerrarse en su casa con su rottweiler para escapar de las "amenazas e insultos", según ella.
Responder también a las críticas por el juego, que comenzaron a arreciar tras el pitido final. "Los ingleses intentaron jugar como los All Blacks sin tener el talento", comentó, cruel, el exentrenador de Nueva Zelanda Graham Henry.
"Simplemente no fuimos los suficientemente buenos. Admitirlo facilita el siguiente paso", escribió Clive Woodward, que lideró a Inglaterra al título mundial en 2003, en su crónica para el Daily Mail. "Cierto es que el grupo era duro, pero no es momento de excusas. Inglaterra tenía que ganar a Australia y Gales. Jugando en casa y con el gasto hecho, lo teníamos en nuestras manos", opinó.
- Herencia dilapidada -
El fracaso es aún más doloroso debido a que la poderosa Federación Inglesa invirtió mucho dinero y recursos para albergar el "mejor" torneo de siempre y retornar al país del rugby a lo más alto.
El torneo, en sí mismo, se recuperará. Las entradas para la fase final están todas vendidas, pero será poco probable ver al príncipe Enrique, gran aficionado al 'XV de la Rosa'. "Creo que será la mejor Copa del Mundo de la historia. Los aficionados van a continuar yendo al estadio para coronar un trabajo empresarial magnifico", estimó Lancaster.
Pero, inevitablemente el entusiasmo caerá en Inglaterra. Se espera que baje la combinación cerveza-pubs, así como la venta de camisetas y enseres.
El objetivo de dejar una herencia para los más jóvenes es el que más afectado se verá. Es difícil atraer a la juventud con un equipo perdedor y sin grandes jugadores. Habrá que ver cómo se recuperan.
Como todo gran fracaso deportivo, la prensa británica especula también sobre los "millones" que costará este fiasco a la economía británica por los "comerciantes deprimidos", pero esto es difícil de cuantificar.
Lo que si es cierto, es que la cadena privada ITV, difusora exclusiva, se prepara para pagar los platos rotos. La caída de la audiencia significa un coste de más de dos millones de euros por partido. "Y este es un estudio a la baja", explicó Phil Hall, responsable de MediaCom, la agencia publicitaria más grande de Reino Unido, a la AFP esta semana.