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Afectada por huelgas y apagones, la economía sudafricana volvió a decepcionar en 2014, con un crecimiento del 1, 5%, muy por debajo de lo necesario para reducir las desigualdades y crear empleos.
El dato, publicado este martes por el instituto sudafricano de estadísticas Stats SA, es, sin embargo, un poco mejor que el 1, 4% de crecimiento pronosticado por el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, los economistas no paran de rebajar sus previsiones para el país, que perdió, hace unos meses, el puesto de primer economía de África en favor de Nigeria. El Gobierno vaticinó el año pasado un crecimiento del 2, 7% en 2014 para planificar su presupuesto. "Las numerosas huelgas han tenido un impacto negativo sobre la economía", resume Gerhardt Bouwer, responsable de las estadísticas nacionales en Stats SA, en alusión a las protestas sociales que han afectado primero a las minas de platino, antes de extenderse a la industria manufacturera.
El ritmo de crecimiento del PIB se aceleró, no obstante, en el cuarto trimestre, alcanzando el 4, 1% respecto al trimestre anterior. Un rebote que sorprendió gratamente a los analistas, que preveían un 3, 7%. Sin embargo, tras las huelgas, los economistas se preocupan ahora por las consecuencias nefastas de los repetidos apagones que vive el país desde noviembre. Las viejas centrales eléctricas de Sudáfrica se averían unas detrás de otra.
La mayoría de los analistas consideran que el país necesitaría un crecimiento sostenido de entre un 6 y un 7% durante años para dar trabajo a sus millones de parados, que representan oficialmente el 24% de la población activa. Una cifra que podría ser mucho más alta, si se considera que muchos han dejado de buscar empleo.