Yo siempre he abogado por el fitness en casa, pero no como alternativa absoluta al gimnasio.

El gimnasio tiene su lugar si se sabe usar y elegir bien. Algunos son centros de fitness reales, preparado con toda la equipación que necesitas para ponerte en forma y socializar. Otros, sin embargo, buscan todo lo contrario y están construídos con la premisa de ganar la mayor cantidad de dinero posible sin tener en cuenta la calidad del entrenamiento que se recibe en ellos. Hablo de gimnasios plagados de máquinas, y sólo máquinas, que hacen a quienes los usan sentir que están haciendo "algo" sólo con fichar y sentarse en una de esas máquinas. Aquí las personas que los usan pagan algo menos, y no suelen tener resulatados, por lo que dejan de ir. Pero el pago anual ya está hecho. Y el gimnasio está feliz de tener a mucha más gente inscrita de la que puede acoger, porque la gran mayoría no lo pisarán.

Ha sido una primera mitad de año de vértigo. Y lo que queda.

La situación que hemos vivido nos ha hecho sentirnos vulnerables. Y nos ha obligado a adoptar nuevos hábitos. 

De estos nuevos hábitos, el que nos concierne en este artículo es el de hacer ejercicio en casa. La industria del fitness se ha lanzado de repente y por absoluta necesidad a hacer lo que nunca hizo (más allá de la labor de pequeños blogueros o instagramers): animar a seguir en casa, eso sí, recordando que esto es sólo por ahora, pronto se podrá volver a sus centros.

Me alegra el hecho de que muchas personas se hayan visto obligados a aprender a ponerse en forma en casa y si eso les hace sólo plantearse si seguir así antes que volver a un gym, mejor que mejor

Pero no todos volverán. La gente ha aprendido lo efectivo que es hacer ejercicio en casa. Es posible, de verdad, ponerse en forma con poca equipación y en tu propia casa. Sólo necesitas conocer las técnicas y movimientos que antes eras demasiado perezoso para aprender. El gimnasio era tan fácil: vas, te sientas en una máquina y tiras o empujas, y al terminar te sientas en otra y lo mismo.

La gente ha seguido en forma, incluso muchos a un nivel mayor que cuando iban al gimansio. Esto hará que muchos se replanteen pagar las cuotas anuales y decidan que pueden seguir en casa. Quizá invirtiendo lo que habrían pagado en cuotas en equipación para casa, como una kettlebell o una máquina de correr, una barra de dominadas, o un rodillo si disfrutas del ciclismo. Las opciones son ilimitadas, tanto para espacios pequeños, como para espacios más grandes.

El fitness va a cambiar. Por supuesto nadie sabe en qué dirección. De momento me alegra el hecho de que muchas personas se hayan visto obligados a aprender a ponerse en forma en casa y si eso les hace sólo plantearse si seguir así antes que volver a un gym, mejor que mejor.

La gente ha seguido en forma, incluso muchos a un nivel mayor que cuando iban al gimansio. Esto hará que muchos se replanteen pagar las cuotas anuales y decidan que pueden seguir en casa