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"Cualquier intento de construir una teoría del todo, está abocado al fracaso". (Teoría de Gödel)
Cuantas veces he oído aquello de "la grandeza del Universo" y cuantas veces me he perdido en ello. Hay un concepto que principalmente es el que hace que me sumerja en repetidas ocasiones en el mar de mis pensamientos. El Todo. ¿Qué es el Todo? Ese pensamiento me lleva a otro que parece ser su antagónico y que a la vez es muy similar, la Nada.
Estos conceptos siempre han ido muy ligados a la física y a la filosofía. Físicamente no existe ninguna teoría exacta sobre el Todo. He leído por ahí, que el cerebro es simplemente un trozo de carne, y que el alma no es más que los pensamientos que tiene el propio cerebro. Como he dicho en otras ocasiones, intentar comprender la grandeza del Universo, es como querer meter toda la arena del desierto en una maceta. Ese pensamiento aunque no me llena, es un sucedáneo de consuelo y basándome en él, podría afirmar dentro de mi ignorancia, que aunque utópicamente uniesemos todas las mentes del mundo, seguiríamos sin poder meter toda esa arena, y por lo tanto la física, nunca podrá llegar a ninguna conclusión exacta sobre el Todo, y por supuesto menos sobre la Nada.
Lo que si tengo claro, es que formamos parte de ese Todo, y después de leer varios artículos sobre física, no me queda más que refugiarme en el amor por la sabiduría, o sea, en la filosofía, especular, analizar conceptos, pero aún así el camino en busca de la verdad me parece infinito.
Fisicamente no existe una teoría exacta sobre el Todo
El Todo. Lo que alcanza mi mente es pensar en lo grande que puede resultar el Universo, pensar que no tiene fin. ¿El fin? ¿Existe? y si es así...¿qué hay tras él? ¿La Nada? ¿Y que es la Nada? Cuando llego a estos problemas existenciales me inclino a pensar que el Todo y la Nada son lo mismo, ya que no entiendo la ausencia del Todo y mucho menos la de la Nada. Es como diríamos "la pescadilla que se muerde la cola".
A la vez que apasionante, resulta frustrante pensar que jamás llegaremos a una conclusión exacta. Tal vez la palabra "jamás" queda demasiado grande y concluyente, equiparándose a la acepción del "todo". Posiblemente no sea la palabra idónea, ya que en mi vorágine de pensamientos puedo llegar a imaginar que algún día realmente todo tenga un sentido, pero ¿qué posibilidades tiene la tierra y con ella el ser humano de llegar a una luz en este sin saber, antes de que la naturaleza cósmica acabe con nosotros? Incluso me da por imaginar que si alguna vez alguien pretendiese vendernos una teoría exacta, no dejaría de ser un puro sofismo. Por lo tanto, solo me queda repetir el título de este artículo: El Todo, donde la razón no llega.