Finalizaron las Olimpiadas de Ajedrez de Bakú con Oro para Estados Unidos y China en Caballeros y Femenino respectivamente. La Argentina, con el puntano Diego Flores y la alumna de la ULP, Ayelen Martinez, no tuvo la actuación deseada finalizando 32º y 36º.

Delegación Argentina en las Olimpiadas de Ajedrez Bakú 2017.

La principal competencia por equipos en el ajedrez mundial, las Olimpiadas, que organiza cada dos años la FIDE, llegó a su fin con título para los Estados Unidos en la rama masculina con un plantel formado por Fabiano Caruana (Nº3 del mundo), Hikaru Nakamura (Nº6), Wesley So (Nº7), Samuel Shankland (Nº57) y Ray Robson (Nº66) que obtuvo 20 de 22 puntos posibles con nueve victorias y dos empates.

Los norteamericanos compartieron el podio con Ucrania (Pavel Eljanov, Ruslan Ponomariov, Yuri Kryvoruchko, Anton Korobov y Andre Volokitin), también con 20, y Rusia (Sergey Karjakin, Vladimir Kramnik, Evgeny Tomashevsky, Ian Nepomniachtchi y Alexander Grischuk) que sumó 18.

El seleccionado argentino, que en la última jornada venció a Islandia, finalizó 32º con 14 unidades con triunfos, empates y derrotas previsibles. Sin embargo no se terminó en el puesto deseado teniendo en cuenta que en la previa se lo ubicaba en el 26º lugar. Sobresalió Mareco, y en menor medida, Pichot y Pérez Ponsa. Peralta y el puntano Diego Flores tuvieron un rendimiento irregular.

Por el lado de las Damas, el título fue para China, con la campeona mundial Hou Yifán a la cabeza del grupo. Las ganadoras, con 20 puntos, sacaron ventaja de tres sobre las escoltas Polonia y Ucrania.

El seleccionado nacional tuvo un desempeño similar al de sus pares varones con cinco triunfos, tres empates y tres derrotas para finalizar en el 36º lugar (diez lugares detras de la preclasificación) con 13 puntos.

La bonaerense y alumna de la ULP, Ayelén Martinez, fue el punto más alto del plantel Argentino que tuvo la presencia de Carolina Luján, Marisa Zuriel, Florencia Fernández y Denise Carraro.

Las Olimpiadas de Bakú se despidieron, en dos años será el turno de Batumi, en Georgia.

Fuente: Carlos Ilardo