La eurozona quiere evaluar a partir de noviembre qué decidirá sobre el plan de ayuda a Grecia que llega a su término a fin de año, pero desea de cualquier manera una solución "viable y creíble".

"Hay un consenso fuerte para que la salida del plan de ayuda sea viable y creíble para todos", estimó este lunes el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en una conferencia de prensa en Luxemburgo. "Hay que hallar una solución prudente, es lo que dicen las autoridades griegas y estoy de acuerdo", subrayó luego de una reunión de ministros del Eurogrupo.

Sólo faltan girar 1.800 millones de euros antes que el segundo programa de asistencia financiera a Grecia llegue a su fin para la zona euro. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aún continúa con un programa hasta 2016, pero Atenas quiere acortar el plan para librarse de la tutela del fondo.

Luego de seis años de recesión, Grecia no excluye en cambio pedir una línea de crédito de precaución a los europeos. "Lo estamos discutiendo", concedió el viernes el primer ministro griego Antonis Samaras. Esta solución, que está condicionada, es una posibilidad, reconoció este lunes Dijsselbloem, pero no es "una propuesta".

"Lo ideal sería que esta línea intervenga justo después del fin del programa europeo para no agitar los mercados, dejando un vacío", estimó este lunes una fuente europea que pidió el anonimato.

Este programa no tendría sin embargo nada que ver en comparación con los dos planes de ayuda que recibió Grecia desde 2010, por un monto total de 240.000 millones de euros. El monto de esta línea de crédito sería "inferior a 15.000 millones de euros", según esta misma fuente.

El tema de la astronómica deuda griega (175% del PIB) que continúa lastrando al país parece inquietar menos.

Su nivel es "viable", según Samaras. En la Comisión algunos estiman que su nivel podría verse reducido considerablemente para 2020 y acercarse a 125% debido a una reducción de las tasas de interés griegas y de una mejoría en la situación económica del país.