Han malentendido lo urgente mientras descuidan lo importante. La evacuación es un alarde humanitario innecesario e impropio del momento que vive España.

El Padre Miguel, primer afectado español de Ébola, ya está en España. Y lo está con un despliegue de medios humanos y materiales millonario y sin precedentes. Ni siquiera los EEUU han efectuado parecido despliegue para la repatriación de sus afectados. Una suerte para el Padre Miguel pero un agravio comparativo horripilante y vergonzoso para eventuales futuros afectados en tierra extraña y para decenas de miles de españoles y familias dentro y fuera de España que viven situaciones médico-sanitarias y de dependencia límites y que por no tener no tienen ni la esperanza de ser ayudados.

Avión-UVI, helicopteros, ambulancias, camillas-burbuja, trajes especiales casi espaciales, coches patrulla, policías motorizados, ejercito, legión de médicos y personal auxiliar, etc. En mi opinión, o nos hemos vuelto locos o el calor afecta las cabezas de nuestras autoridades. ¿Y si al Padre Miguel le siguieran decenas de infectados en las zonas epidémicas? Nuestro renqueante sistema de sanidad pública no podría permitirse estos despliegues por decenas cuando en España se han generalizado el copago y los recortes en salud hasta para los jubilados y sin recursos. Cuando miles de dependientes o están desatendidos o mantienen esclavizados a algún miembro de su familia para poder realizar sus necesidades más básicas sin ayuda de servicios sociales ni subvención alguna.

La única beneficiaria de este alarde de evacuación de ciencia-ficción cinematográfica, fuera del Padre Miguel y sus allegados, es sin duda la Marca España porque revela y visibiliza un nivel tecnologico y sanitario que refuerza nuestra imagen de país avanzado aunque los españoles sepamos que es una mascarada y una mentira donde las haya. Hasta Francia ha recurrido a nosotros para otro traslado parecido.

Y mientras esta suerte de alunizaje lunar o normandiesco y millonario se produce, miles de niños y ancianos en las regiones afectadas afrontan cada nuevo dia sin saber si será el último, sin agua potable, sin alimentos, sin una prevención eficiente frente a la epidemia y sin tratamientos paliativos contra al contagio. Me parece una hipocresia propia del primer mundo y de las naciones desarrolladas -ONU y OMS incluidas- gastar millones de euros en aislar y evacuar a uno de los nuestros cuando con parecido gasto y despliegue en la zona cero de la epidemia se podrían montar hospitales de campaña suficientemente dotados que además de ayudar a decenas de miles de personas en el foco mismo del problema nos beneficiaria porque alejaría las posibilidades de una pandemia.

Han malentendido lo urgente mientras descuidan lo importante

El mismo nivel de gasto y medios pero facilitado a los bancos de alimentos, Cruz Roja y demas ONG en la zona, multiplicaría exponencialmente el número de personas asistidas y el propio Padre Miguel y los que por proximidad se encontraran en riesgo podrían haber sido aislados y tratados allí mismo con garantías razonables pero con una ínfima parte de lo despilfarrado. 

Lo adelanté aqui mismo en artículo anterior, http://es.globedia.com/ebola-engano-masivo-peligroso. Lo realmente inquietante y preocupante en este brote de ébola no es la propagación natural de la enfermedad o el virus sino la eventual expansión terrorista de la misma por cualquier célula islamista radical con un nivel de gasto y preparación ridículos en comparación con el atentado de las Torres Gemelas de New York en aquel fatídico 11 de Septiembre de 2001 o nuestro atentado de Atocha el 11-M.

Bastaría, dije entonces, con contaminarse o recoger una muestra de orina para, a continuación y de inmediato, aún sin síntomas, viajar a cualquier país a inocular o verter y rociar la muestra o la propia orina infectada en depósitos de agua, garrafas de agua mineral, animales o directamente sobre los alimentos en mercados, por ejemplo. Y, que se sepa, nada se está haciendo a nivel internacional para la prevención de este riesgo. Ni siquiera algo tan básico como la exigencia de visados a los extranjeros procedentes de países sospechosos -que por plazo en la concesión permita detectar que son portadores de la enfermedad- y el examen minucioso y sistemático de sus constantes vitales y equipajes a su llegada. Que no tengamos que lamentar.

AscoHastaLaNáusea