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Ha fallecido Ueli Steck, el alpinista suizo conocido como "The Swiss Machine". El óbito se produjo cuando ascendía el monte Nuptse de la cordillera del Himalaya
Imagen - Wikipedia
La noticia saltaba a los teletipos el pasado uno de mayo. Tal como recogía El País, el alpinista suizo, para algunos el mejor montañero que existía en la actualidad, fallecía al despeñarse mientras intentaba ascender al Nuptse (7681 metros), un monte a dos kilómetros de Everest donde Steck estaba aclimatando para su posterior ascenso a la cima más alta del mundo.
La última mala pasada que le había jugado la montaña había sido también el campo dos del Everest, cuando por un problema laboral varios sherpas la emprendieron a pedradas con el suizo y con dos de sus compañeros de ascensión, Simone Moro y Jonathan Griffith.
Una prometedora carrera a partir del 2007
Imagen - Vimeo
Tras el incidente, Steck se confesó tan dolido moralmente por la experiencia que decidió tomarse un tiempo de descanso y reflexión. El conocido como la máquina suiza pidió a sus seguidores en las redes sociales y a todos aquellos que le admiraban que tuviesen paciencia hasta que consiguiese asimilar lo que había sucedido, una vez más, en las faldas el Everest.
A pesar de que ya desde joven destacó en el alpinismo y en la escalada en roca y hielo, empezó a ser conocido por el gran público a raíz de que en el año 2007 estableció un nuevo record de ascensión a la cara norte del Eiger en un tiempo de 3 horas y 45 minutos.
Tan solo doce meses después pulverizó ese record y estableció su nueva marca en 2 horas, 47 minutos y 33 segundos. Los dos record se lograron en la ruta clásica de escalada de la cara norte del Eiger, esto es, una ruta de alta dificultad de 1.800 metros de desnivel acumulado con un recorrido de 2.500 metros.
Steck: grandes cimas y records de velocidad
Imagen - Alistair Sutton
Su última proeza en esa vía la lograría en el 2015 cuando tardo en ascender la pared solo 2 horas, 22 minutos y 50 segundos. Esta última ascensión la realizó en solitario y auxiliado con dos piolets técnicos y unos crampones, sin estar asegurado con cuerda en ningún momento.
Entre 2007 y 2015 el alpinista nacido en el cantón suizo de Berna tuvo tiempo de lograr el record en la escalada de la vía Colton – Mc Intyre en las Grandes Jorasses, salvando un desnivel de 1.200 metros, en solo 2 horas y 21 minutos.
En una hora y 56 minutos logró en el 2009 recorrer la vía Schimidt, de 1.100 metros, en la cara norte del Cervino. En 28 horas logró ascender y bajar del Annapurna, aunque la pérdida de la cámara de fotos impidió que pudiese presentar pruebas de haber llegado a la cima de esa peligrosa montaña.
Una carrera plagada de éxitos
Imagen - Mário Simoes
La última hazaña, con la concurrencia de otros alpinistas, ha sido la de subir en 62 días las 82 cimas que superan los 4.000 metros de altitud en la cadena montañosa de Los Alpes.
Steck no había bajado ni un ápice su nivel de exigencia y ahora quería aplicar su estilo de escalada rápida a los montes del Himalaya. Su primer éxito fue el Shishapangma donde logró cubrir la distancia hasta la cima estableciendo un record de 10 horas y 30 minutos en una ascensión de 2.000 metros.
De ahí este suizo de formación carpintero comenzó a hablar palabras mayores firmando una asecensión al Annapurna de 8.091 metros en otoño del 2013. Además la ascensión se produjo en la vertiente sur de la montaña, una vía que se ha cobrado muchos muertos a lo largo del tiempo.
El suizo marcó un nuevo record en la montaña que le costó la vida al montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza, firmando la ascensión y el retorno al campamento base en solo 28 horas. Tras el logro de la hazaña Steck comenzó a plantearse el nivel de riesgo que corría en cada nueva aventura, asumiendo que era ya tiempo de dejar de jugarse la vida en cada ascensión a cada nueva montaña.
Ueli y el intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza
Imagen - Wikiwand
Pero sin duda el episodio que mejor demostró de que pasta estaba hecho el suizo fue su participación en el grupo de rescate que intentó salvar a Iñaki Ochoa de Olza de las garras del Annapurna.
En aquella ocasión el Steck se desplazó, por sus propios medios, desde Katmandú al campo base del Annapurna en cuanto se enteró que el navarro estaba en dificultades. De hecho nada más llegar al campo base inició el ascenso a la montaña literalmente con lo puesto (una chaqueta de softshell y unas zapatillas de trekking).
A medio camino se encontró con Alexei Bolotov, , que bajaba al campo base a pedir ayuda, con el que pudo intercambiar las botas. Antes de llegar a la cota en al cual se encontraba Ochoa de Olza con Horia Kolibasanu, obligó al rumano a bajar hasta donde estaba – le puso como excusa que necesitaba que le abriese huella – y una vez que llegó el rumano, lo despachó hacia el campamento base.
Nos deja el que probablmente era el actualmente el mejor alpinista del mundo, espejo de las mejores virtudes que tiene el alpinismo
Kolibasanu llevaba más de siete días por encima de 6.000 metros por lo que el ardid del suizo probablemente le salvó la vida; a esa altura cada día que pasa te vas muriendo un poco. Ueli Steck acompaño ha Ochoa de Olza en sus últimos momentos ya que a pesar de que el suizo le inyectó dexametasona para tratar sus edemas el navarro no pudo superar el edema pulmonar y cerebral que lo llevó a la muerte.
A pesar de que la Diputación de Navarra el concedió la medalla del deporte, el suizo no fue a recogerla lo que habla mucho de la humildad y humanidad del que siempre fue un faro y un espejo en el que se han mirado y miraran muchos alpinistas.
Una nueva forma de entender el alpinismo
Imagen - Fredi Bach
Ueli Steck hizo fácil lo difícil y llevo al alpinismo a una nueva dimensión, estableciendo una revolución con respecto a lo había sido en más de 200 años: planificación científica de las ascensiones, preparación física y técnica y fortalecer cuerpo y mente para realizar auténticas proezas.
Ueli Steck también ha sido pionero en un nuevo tipo de ascensión que se ha denominado estilo alpino y que se podría definir como un estilo de ascender montañas que prescinde de lo accesorio y se basa en utilizar únicamente las capacidades del alpinista.
Por lo general ese estilo se practica sin oxígeno artificial, sin sherpas que vayan tendiendo cuerdas, sin realizar la aclimatación de manera tradicional. Esto es, la escalada se convierte en un asunto personal entre la cima y el alpinista.
Ese mismo estilo fue el que desarrollaron Ueli Steck y David Goettler en su ascensión al Shishapangma (8.013 metros). En solo siete días superaron los 8.000 metros de la cima. Goettler además de entrenar como un poseso pensaba que se encontraría con una expedición en la cual tendrían que enfrentarse a grandes riesgos.
Sin embargo la suposición del alemán no fue correcta y encontró a un Steck que realizaba un alpinismo en el cual intentaba correr los menores riesgos posibles. De hecho renunciaron por dos veces a hacer cima, cuando se encontraban a escasos 200 metros, porque consideraron que hacer cima en esas condiciones supondría tener que realizar un descenso no seguro.
Alpes: 82 montañas de más de 4.000 metros en 62 días
Imagen - Roman Boed
Tal como podemos leer en Verne sobre alguna de las hazañas del suizo, su último gran logro fue ascender los 82 cuatro miles que hay en los Alpes en 62 días. Por si eso fuera poco, el suizo recorrió la distancia entre esos montes en bicicleta.
La hazaña tampoco estuvo exenta, como por desgracia a veces sucede en montaña, de una tragedia vital como fue el accidente de Michi Wohlleben, que se hirió en un mal aterrizaje en parapente. En este nuevo reto Steck contó todo el proceso al detalle en sus perfiles de las redes sociales.
En total Steck superó un desnivel de 100.000 metros, esto es, el equivalente a subir 11 veces el monte Everest. La guinda del pastel fue que para desplazarse entre las diferentes cumbres tomo la decisión de no utilizar ningún vehículo a motor, por lo que finalmente acabo recorriendo 1.000 kilómetros en bicicleta.
Un proyecto no exento de peligros
Imagen - Jerôme Bon
El primer monte coronado por la pareja formada por Steck y Wohllenben fue el Piz Bernia el pasado 12 de junio. Lo lúdico del reto quedó reflejado en como bautizaron cada parte del recorrido: Tarta de nueces y tabla de quesos berneses, vuelta espagueti y patatas fritas.
Como ya hemos explicado, 11 días después de comenzar el proyecto Michi Wohllenben se hería gravemente al sufrir un aparatoso accidente cuando descendía en parapente de uno de los riscos que habían conquistado.
En lo que parecía un mal augurio de lo que le sucedería a Steck el pasado 30 de abril, un nuevo compañero de cordada, el holandés Martijn Seuren, fallecía el 22 de julio del 2016 al perder pie en la arista Rochefort de las Grandes Jorasses en el Mont Blanc.
El alpinista suizo se mostró apesadumbrado por el fallecimiento de quien calificaba como un gran amigo.
Una vez habiendo superado las Grandes Jorasses los últimos montes que le quedaban por conquistar – Gran Paradiso, Barre des Écrins y la Dôme - fueron simplemente un mero trámite a pesar de que el último esfuerzo no estuvo exento de esa indeterminación que siempre existe cuándo andas entre cumbres: en plena noche Steck perdió el camino hacia el último pico y ascendió la Dôme por una vía que no era.
De hecho, al día siguiente, con esa precisión suiza que le caracterizaba, volvió a subir la Dôme, esta vez por el camino que se había prefijado en la preparación del reto que le llevó a subir 82 cimas de más de 4.000 metros en 62 días. Genio y Figura.
El alpinista suizo, para algunos el mejor montañero que existía en la actualidad, fallecía al ascender al Nuptse (7681 metros), un monte a dos kilómetros de Everest