¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Sociedad escriba una noticia?
La alianza entre la guerrilla de las FARC y el narcotraficante Clan Úsuga, a la que las autoridades responsabilizaron esta semana de un atentado que mató a siete policías, es considerada por expertos como "novedosa" e "inusual" en el conflicto armado de medio siglo en Colombia.
Luego de que el presidente, Juan Manuel Santos, y la Policía aseguraran el martes que el ataque a un convoy de policías en la región del Urabá (noroeste) fue obra conjunta de guerrilleros y narcos, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró que ambos grupos tienden a unirse.
"Las FARC andan aliadas con los de las bandas criminales, tienden hacia la misma cosa, hacia convertirse en unas FARCRIM", dijo Pinzón empleando un término que une el nombre de la guerrilla con el acrónimo "bacrim", con el que se identifica en Colombia a las bandas criminales.
Sin embargo, aunque ambos grupos están vinculados por el narcotráfico, los expertos dudan que sea inminente una fusión, sobre todo en medio del proceso de paz que las FARC adelantan con el gobierno de Santos en Cuba desde noviembre de 2012.
"Hay una historia larga de arreglos en donde la guerrilla controla cultivos y parte del mercado de pasta base (de coca) y las bandas criminales la compran para llevar la droga al exterior. Eso es común, pero que se coordinen para atacar al Estado es extraño", dijo a la AFP Ricardo Vargas, autor del estudio "Narcotráfico, guerra y política antidrogas".
"Sorprende que las FARC estén articulándose a ese nivel con bandas criminales. Es un vínculo muy complicado políticamente porque se daría una criminalización de las FARC y una politización de las bandas criminales, que además no interesa a las FARC en medio del proceso de paz", añadió.
- "Intereses comunes" -
Los expertos llaman entonces a poner la lupa sobre el caso específico ocurrido esta semana en el Urabá, una región convulsionada desde hace décadas e históricamente apetecida por grupos armados por su geografía: fronteriza con Panamá, con áreas selváticas y aislada de los centros de poder.
Las FARC operan desde los años 1960 en ese territorio, donde también hay intensa actividad de milicias de derecha y bandas de narcotráfico, como el Clan Úsuga -también conocido como Los Urabeños-, que aprovechan la cercanía a centros de producción de droga y su salida al océano Atlántico.
"El hecho de que hayan atacado juntos a un grupo de policías no quiere decir que las FARC y Los Urabeños sean lo mismo. Es novedoso que se hayan unido, pero toca ver hasta qué punto se unieron", estimó el experto en narcotráfico Gustavo Duncan.
"Creo incluso posible que un solo grupo atacara, pero los dos salieran beneficiados porque tienen intereses comunes allí", explicó Duncan, politólogo de la Universidad de Los Andes.
La prensa local ha apuntado que el líder de las FARC en la zona donde ocurrió el ataque, Luis Úsuga, es primo del máximo jefe del clan narcotraficante, Dairo Úsuga.
"Si primó lo familiar (...) crea una situación muy particular en esa zona, pero no es la regla y la alianza no se estaría dando en otras regiones", opinó Vargas.
De firmarse la paz, los expertos estiman que, más que una alianza, podría darse una migración de guerrilleros hacia las bandas narcotraficantes.
"En el posconflicto sería distinto y sí es posible un escenario con mecanismos de asimilación de guerrilleros al narcotráfico, sobre todo los que no tengan un perfil político y estén en regiones como el Urabá, donde las bandas criminales han tenido históricamente mucho poder", aseguró Vargas.
Las FARC, principal guerrilla de Colombia con unos 8.000 combatientes, ya llegó a un preacuerdo sobre narcotráfico con el gobierno en Cuba, uno de los seis puntos en la agenda de los diálogos de paz.
El conflicto armado colombiano ha dejado unos 220.000 muertos y más de 5, 3 millones de desplazados por la violencia, según cifras oficiales.