Desde siempre he sido amante de las mascotas. Hace un tiempo vivía en una finca, donde tenía dos perros criollos de tamaño grande, además de acostumbrarme a convivir con gatos de campo que estaban muy lejos de ser mascotas hogareñas.

A principios de junio de aquel año, conocí a una familia dueña de una gatita que estaba por dar a luz, pero sus compañeros de vivienda les habían advertido que no tenían permiso para tener mascotas adicionales, así que decidí buscarle hogar a todos, excepto a uno, el típico gato negro lleno de mitos que nadie quiere, pero que siempre está lleno de energía.

Al principio todo iba muy bien, se adaptó muy rápido a consumir concentrado y a hacer sus necesidades en la arenera, parecía ser el gato perfecto. Jugaba conmigo, era muy suave a la hora de relacionarse, no rasguñaba los muebles, ni se colgaba de las cortinas. Los primeros 2 meses de Shanty fueron solo alegría.

Pero, cuando cumplió cuatro meses dejó de ser esa bola de pelos tierna y adorable, para pasar a ser una fiera salvaje que todo lo rompía, lo mordía, lo arañaba y, no había un solo lugar en la casa que no tuviera las marcas de las uñas o dientes de este tierno diablillo. Aun así seguía siendo el consentido de la casa. Por eso empecé a investigar sobre lenguaje gatuno y enriquecimiento ambiental.

Este incluye la expresión corporal del gato, además de sus sonidos y la actitud que proyecta. Por ejemplo, una "lamidita" puede significar un te quiero mucho, pero tener las orejas hacia atrás y los ojos entrecerrados indica una postura de ataque.

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Implica construír un espacio en el que los gatos se desarrollen naturalmente mediante juguetes, plataformas y rascadores. Entendí que el comportamiento de Shanty podía cambiar y que yo podía ver tranquilamente un partido sin que el me viera como una presa.

El cambio no fue total así que en base a la persistencia del comportamiento necio y arrebatado de mi mascota seguí investigando un poco más y llegué a la conclusión más importante de todas. Muchas veces por falta de conocimiento omitimos los tiempos que ellos necesitan para ser gatos estables.

- No fomentar el juego brusco con ellos. A la hora del juego no enfoquemos su atención en nuestras manos o nuestro cuerpo.

- A los gatos les gusta observar su entorno desde lugares altos. No nos alarmemos si el gato se posa sobre la nevera o el mueble más alto de la sala.

- Incluir dentro de su entorno juguetes, rascadores y/o, artículos rellenables con catnip, para que tengan otros objetos en los cuales puedan centrar su atención en vez de morder nuestras manos, muebles, etc.

- Esterilizar a nuestro gato previene enfermedades, problemas de agresividad y territorialidad.

- Un gato debe convivir al menos 2 meses con su mamá y el resto de la camada antes de llegar a una nueva familia.

Nunca va a ser fácil ser un amante primerizo de los gatos pero si sabemos leer su comportamiento y conocer sus necesidades podemos llegar a recibir el cariño de unos seres únicos y excepcionales.

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