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Hace un tiempo, Sergio Marchionne, responsable de Ferrari, dijo "tendrán que dispararme primero", en alusión a que la marca italiana fabricase un sucedáneo de Porsche Cayenne o similar, lo que viene siendo un SUV de altas prestaciones y lujo. Eso en Ferrari no va a existir, pero sí algo entre medias; la rumorología lo denomina F16X.
Marchionne ha dicho, en relación a un posible modelo con más capacidades prácticas, lo siguiente: "Puede que ocurra, pero ocurrirá al estilo de Ferrari". Por lo tanto, se confirma que Ferrari está estudiando el tener un modelo de cuatro puertas con más practicidad, eso que no quiere llamar -ni que se le llame- SUV.
Bajo el eufemismo de que van a "reinventar el segmento" puede que aparezca una especie de crossover, más cercano al mundo del turismo que al de los SUV. Recordemos que un crossover se puede definir como un turismo disfrazado de todoterreno, un poco más amplio y seguramente más elevado. Eso permitiría al futuro modelo circular por carreteras en mal estado (lo cual en China y Rusia es muy habitual) o tener más movilidad con mal tiempo, algo apreciable en los estados del norte de EEUU, Suiza, etc.
Recreación digital del Ferrari F16X ? Fuente: Car Magazine
Ferrari ve un pastel muy jugoso en el segmento de los coches de lujo grandes, pensando sobre todo en chinos, árabes, rusos y norteamericanos. Hay clientes de Ferrari que quieren más espacio y más confort, el comportamiento deportivo y purista pasa a ser una consideración secundaria para gente con mucha pasta -que, por otra parte, se puede permitir también otros modelos más deportivos-. También va a crecer su gama de híbridos. Para el año 2022 Ferrari quiere duplicar su beneficio, y para ello hay que aumentar la producción.
De momento la marca tiene autoimpuesto un límite de producción de 10.000 unidades al año (en 2017 el objetivo es de 8.400 unidades), con la intención de mantener la exclusividad y su caché: los Ferrari deben ser escasos y deseados, son objetos de lujo, obras de arte con ruedas y matriculables. Además, elevar el límite de producción mete a Ferrari en un terreno pantanoso: tener que cumplir objetivos de reducción de CO2 en la Unión Europea, y ahora mismo un Ferrari de bajas emisiones es ciencia ficción.
Ferrari puede tener este año unos beneficios consolidados entre 950 y 1.000 millones de eurosLa fábrica de Maranello tiene la capacidad de doblar su producción, otra cosa es que interese hacer tal cosa. Il Commendatore puede que no pensase igual, pero las cosas han cambiado un poco desde que se fue. Los principales competidores de Ferrari, entendiendo como tal a fabricantes de gran lujo, van a lanzar en relativamente poco tiempo modelos SUV muy lujosos, como el Lamborghini Urus, el Rolls-Royce Cullinan... y el Bentley Bentayga y Aston Martin Maserati Levante ya se venden desde hace meses.