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Como cada año, los padres yucatecos y los de otras partes del país y del mundo, radicados en esta capital, disfrutan su día en familia o con los hijos que han traído al mundo en diferentes escenarios de Mérida. Sea en la calle, en restaurantes, en la cercana playa o en el hogar, los progenitores conviven con sus hijos, tal como fue posible advertir en el Paseo de Montejo, principal avenida de esta ciudad. En la emblemática vialidad, los padres de nuevo cuño pasearon con sus pequeños en la acostumbrada “Biciruta” a lo largo de más de dos kilómetros que comprende ese recorrido dominical en el que las familias llevan sus bicicletas, o bien, las rentan para pasear en ella en un trayecto en el que lo antiguo y moderno hacen una singular amalgama visual. Al paseo dominical se sumaron familias extranjeras, principalmente estadunidenses, europeas y asiáticas que viven aquí, o se encuentran de paseo. En tanto, los restaurantes registraron una buena afluencia para los tradicionales bufetes matinales del domingo, pero se espera que el grueso de consumidores y familias los visiten por la tarde. Las iglesias fueron también otro punto de concentración matinal de una población eminentemente católica y que celebró en esos recintos poder contar con sus padres y lo que ellos han aportado en la vida y construcción de la sociedad. El otro lado de la moneda fueron los panteones a los que los yucatecos también fueron a rendir homenaje a sus progenitores físicamente ausentes. El resto del día quedará para la convivencia en Mérida o en alguna de las zonas arqueológicas adyacentes, en la también cercana playa de Progreso, o bien en sus múltiples centros comerciales que este fin de semana aprovecharon la derrama económica dedicada a los padres.