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La aventura diésel de Porsche puede acabar saliendo muy cara. No solo se investiga a la compañía por estos cargos en Estados Unidos, también en la fiscalía de Stuttgart (Alemania). La compañía presuntamente ha cometido fraude y publicidad engañosa por publicitar que sus motores diésel cumplen las normativas medioambientales correspondientes.
En 2009 apareció el primer turismo de Porsche con motor diésel, el Cayenne Diesel, con el 3.0 V6 TDI de origen Audi y 240 CV de potencia. Hizo aparición en la primera generación del SUV y se renovó la oferta con la generación actual. En Estados Unidos se ofreció como modelo "Clean Diesel", es decir, que superaba las normativas más duras del mundo, las californianas y del resto de estados de la unión. Dos años después el diésel llegó al Panamera con 10 CV adicionales.
El fiscal Jan Holzner declara que existen indicios sólidos para dicha acusación, pero se está investigando y no quiso decir más. La compañía afirma estar colaborando con la investigación incluso antes de que esta fuese iniciada formalmente. Por otro lado, la fiscalía de Múnich está investigando a Audi por el mismo motivo.
Si los motores diésel solo cumplen con la normativa en un laboratorio, y se ha hecho trampas para que eso sea así, resulta engañoso para el consumidor decir que cumple con la normativa. Es lo contrario a este anuncio, en el que un bonachón alemán quiere recambios para su Porsche 111 Diesel Cabriolet:
El ejemplo es un poco rocambolesco, pero sirve. Hay que tener cuidado con lo que se anuncia. Si se acusa a empleados concretos, la justicia tendrá que dilucidar si la publicidad de los motores diésel se hizo sabiendo que esos motores no cumplían la normativa sin hacer trampas. En ese caso, habría problemas para ellos. Si, en cambio, no hubo mala intención -dolo- por su parte, las consecuencias serán menos desagradables.