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La francesa Maude Versini y su exesposo mexicano Arturo Montiel, exgobernador del estado de México, resolvieron una mediática disputa judicial de tres años sobre la custodia de sus hijos, en un caso que encabezó los titulares de ambas naciones y amenazaba llegar al terreno diplomático.
En declaraciones a la AFP el domingo, Versini explicó que su exesposo firmó un acuerdo que le permite tener consigo a sus tres hijos en Francia durante siete semanas cada año.
A cambio, la francesa accedió a abandonar sus acciones legales contra Montiel, quien ha tenido a los tres niños en México desde enero de 2012 y fue mentor político del actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
"Firmamos este acuerdo ayer en la noche (del sábado). Cedí mucho, demasiado para mi gusto, pero no tenía muchas opciones", dijo Versini en el aeropuerto de Ciudad de México.
La francesa se disponía a viajar de regreso a París tras pasar las pascuas en el estado de México con sus hijos, los gemelos Adrián y Sofía, de 11 años, y Alexi, de nueve.
"Así que abandono todos los recursos judiciales en Francia y en México y a cambio tengo siete semanas de vacaciones al año en Francia", precisó.
El acuerdo pone fin a un conflicto judicial que amenazaba que se tensaran de nuevo las relaciones entre Francia y México, tras el sonado caso de Florence Cassez. El caso Versini fue de hecho abordado en privado por los presidentes mexicano y francés durante una visita de Francois Hollande a México en abril de 2014.
Versini y Montiel se casaron en 2002 pero se divorciaron cinco años después.
- Reconstruir una relación "pisoteada" -
La justicia mexicana le había dado inicialmente la custodia a la madre, pero los niños fueron retenidos por su padre tras un viaje a México en diciembre de 2011. Luego, varias peripecias judiciales le permitieron a Montiel mantener a los niños consigo.
Excandidato a la presidencia, Arturo Montiel es a sus 71 años un personaje influyente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que recuperó el poder en México en diciembre de 2012.
Pero dos decisiones pueden haberlo convencido a aceptar un acuerdo con su exesposa: la justicia francesa lanzó en mayo de 2014 una orden de arresto internacional contra él y, el mes pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió a México a implementar medidas que permitieran a Versini ver a sus hijos sin restricciones.
La francesa de 41 años, que había solicitado la intervención de la CIDH, pudo ver finalmente a sus niños en diciembre pasado por primera vez en tres años, en un centro judicial en la ciudad mexicana de Toluca.
Ahora, el primer regreso a Francia de los niños será el 1 de julio próximo.
"Mi esperanza es que los niños, cuando estén un poco más grandes, le digan a su padre: 'papá, quiero estar con mamá'", dijo Versini, acompañada de su madre y de sus dos hijas de un segundo matrimonio.
El acuerdo "no es gran cosa", comentó. "Pero creo que es un primer paso y sobre todo es importante para mí, para poder reconstruir una relación con los niños que ha sido muy dañada, muy pisoteada".
La solución encontrada por Versini y Montiel tendrá sin embargo una secuela ante los tribunales en Estados Unidos sobre un tema que quedó fuera del pacto: la francesa exigirá que su exesposo se haga cargo de todos los gastos judiciales ocasionados por esta batalla judicial de tres años.