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En el Sector de la logística empresarial, la gestión de stocks es uno de los elementos más importantes para el éxito. De ello dependen buena parte de las ganancias y de las pérdidas de una compañía de este sector. Por ello, en este artículo te explicamos a qué se refiere exactamente este concepto y cuáles son sus claves.
Qué es la gestión de stocks: definiciónSegún la RAE, stock es el término anglosajón equivalente a existencias, que hace referencia a las "mercancías" que tiene una empresa "destinadas a la venta" y que están "guardadas en un almacén o tienda".
Por tanto, la gestión de stocks engloba varios procesos. En primer lugar, el de dar entrada a dichas mercancías, por medio de la nueva compra a proveedores, la reposición o la propia fabricación. Tras ello, llega el turno de optimizar las cuestiones relativas al almacenaje, como la ordenación e inventario de las mercancías, su aseguración, etc. Y por último, el proceso de dar salida a dichas mercancías del almacén o tienda.
Las decisiones que se han de tomar en esta cadena tienen que ver con aspectos muy diferentes, como el tamaño del almacén o tienda, el ritmo de venta de las mercancías, su caducidad u obsolescencia o incluso la estacionalidad en la entrada y salida de material. Por tanto, lo que funciona a una compañía pequeña puede no ir bien para otra de mayor tamaño, y viceversa.
Importancia de una correcta gestión del stockLlevar a cabo una incorrecta gestión de stocks puede generar pérdidas económicas o, cuando menos, una reducción de las ganancias. Y ello se produce cuando las existencias en almacén o tienda son demasiado abundantes, pero también cuando son demasiado escasas.
En el primer caso, cuando el stock es excesivo, la consecuencia es el aumento de costes relacionados con ello. Por ejemplo, los costes de almacenamiento, puesto que cuanto mayor sea el stock mayor será también el espacio necesario para guardarlo. Además, será mayor el gasto dedicado a asegurar la mercancía, pues el valor de lo almacenado será más elevado. Y no menos importantes son los costes indirectos: a mayor stock, más riesgo de rotura de stock y de obsolescencia o caducidad, con la consecuente pérdida económica que ello supone.
En cambio, contar con un stock demasiado limitado tampoco es adecuado. Si bien de esta manera se reducen los costes, lo cierto es que también se genera otra consecuencia no deseada: un importante lastre para las ganancias de la empresa, por no poder satisfacer las demandas de compra del cliente. Y ello, a su vez, tiene otro efecto negativo a medio y largo plazo: la frustración del cliente, que le llevará a satisfacer sus demandas en la competencia.
Por tanto, y como ocurre habitualmente, el secreto de una buena gestión de stocks está en el término medio. Y para hallarlo, es necesario conocer en profundidad el sector, la demanda del cliente y la naturaleza de la propia empresa. Todas estas claves las trataremos en el Grado en Logística Empresarial de Mediterrani, en concreto en asignaturas como Almacenaje y gestión de stocks.
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