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El gobierno del presidente de Brasil, Michel Temer y la Nueva República terminó; es la hora de un nuevo proyecto nacional

31/05/2017 07:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

N. de los E. ? A propósito de los crispantes acontecimientos que ocurren en Brasil, reproducimos algunas partes del libro, Una nación desarmada (Editorial Capax Dei, 2016).

MSIA Informa

La elección presidencial de octubre de 2014, la cual consagró la victoria de la presidente Dilma Rousseff para un segundo mandato, desató una de las mayores crisis políticas de la historia brasileña y, ciertamente, señala el fin de una era política en el país, la llamada Nueva República.

De hecho, no se trata de una crisis del gobierno del Partido del Trabajo (PT), sino de todos los acuerdos políticos surgidos después del régimen militar (1964-1985) y consolidado con la Constitución de 1988. Ya en junio de 2013, las multitudinarias manifestaciones populares que sacudieron al país, evidenciaban a un sistema político postrado y desengañado internado en un centro de terapia intensiva, resultado del abismo que ahonda los intereses de la clase política y los de la nación, la sociedad y la Historia. Independientemente de las variadas motivaciones de sus participantes, las manifestaciones que siguieron a ellas tienen las mismas causas.

En una contundente imagen, los escándalos de corrupción investigados por la Operación Lava Jato expusieron las putrefactas entrañas del sistema político, metástasis de un proceso que viene de décadas, antecediendo a los gobiernos del PT. En general se trata de una forma sofisticada y sistemática de lavado de dinero por medio de aplicaciones de facto en las campañas electorales.

Con ello, salvo honrosas excepciones, las disputas políticas se convirtieron en un medio de asalto al poder y preservación del mismo a cualquier costo, al margen de cualquier idea, principio moral o compromiso con el bien común.

REPARTO ALEGRE DE REBANADAS DEL ESTADO

En este contexto, la expresión de "gobernabilidad democrática" se convirtió en un reparto alegre de rebanadas del Estado entre los vencedores de los pleitos electorales ?un mero sinónimo de corrupción. Por esto, lo que la nación enfrenta no es simplemente el fracaso de un gobierno específico, sino un colapso de la praxis política prevaleciente.

En semejante escenario, poco importa quién sea el titular de la Presidencia de la República, toda vez que el problema seguirá existiendo, mientras no haya un cambio drástico en la moldura institucional, capaz de crear condiciones efectivas para el discernimiento de los mecanismos del poder real por la ciudadanía teniendo un imperativo moral en el ejercicio de las políticas públicas.

Es visible a los ojos de todos que Brasil llegó a otra encrucijada histórica, que será determinante para el rumbo del país en las próximas décadas ?una inflexión análoga a la experimentada en la Independencia, en 1822, en la Abolición, en 1888 y en la Revolución de 1930.

"VENTANILLA DE NEGOCIOS"

En esta vez, sin embargo, los brasileños disponen de condiciones magnificas que, mejores que las vigentes en aquellos momentos históricos, para despegar de una vez un proyecto de (re)construcción nacional, capaz de elevar al país a los niveles civilizatorios permitidos por el actual estado de evolución de la humanidad:

Abastecimiento de alimentos y energía, cercano a la autosuficiencia; una población mayoritariamente urbanizada; base económica relativamente diversificada y sofisticada; fuerza de trabajo capacitada para operarla; "masa crítica" de profesionistas e instituciones (centros de investigación, empresas, etc.) aptos para generar flujos de innovaciones físicas e institucionales necesarias para una economía de siglo XXI, crecientemente compleja e interdependiente con el exterior.

En otras palabras, ha llegado el momento de que los brasileños decidan, de una vez por todas, el embate que se arrastra desde el siglo XIX, entre los que ven a Brasil solamente como una gran "ventanilla de negocios" y los que pretenden constituirlo en una nación plenamente soberana, productiva, socialmente justa, incluyente y solidaria, capaz de reflejar institucionalmente los mejores aspectos de su pueblo y, hoy, de aportar una relevante contribución para la construcción de una civilización global a la altura de las potencialidades del siglo XXI.


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Autor:
Ejesus (4819 noticias)
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Reportaje
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