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Cuando se habla en la izquierda, de la transición política en España, se escuchan argumentos sorprendentes que desvelan el grado de confusión que existía y existe al respecto entre sus gentes, sobre todo entre los más jóvenes
En un anterior artículo hablábamos de los antecedentes del Rey Juan Carlos I y sus correrías, que ahora se ventilan como si fueran novedades, cuando en realidad ya era conocida su catadura moral antes de ser proclamado Rey. (ver enlace)
El éxito de la transición española, estuvo en la rapidez con la que se desencadenaron los cambios que cogió con el paso cambiado a buena parte de la izquierda que en esos momentos no fue capaz de tomar la iniciativa y que en muchos casos actuó a la defensiva frente a los ataques de la extrema derecha, mientras los “hombres del Movimiento” tomaban la iniciativa a la carrera.
Si a esto sumamos el arribismo de buena parte de la izquierda del PCE y el fraccionalismo interno del partido de Santiago Carrillo las consecuencias eran fáciles de predecir.
El “Atado y bien atado” del franquismo ya se había producido en el año 1947 cuando Franco estableció que el continuador de su obra sería aquel que él designara “a título de Rey o de Regente” (de la corona), por tanto no cabía duda desde entonces que la monarquía española sería el legado del franquismo.
Por eso cuando se dice que Nikita Jrushchov (1894-1971), ya sabía que España prolongaría el fascismo con un monarca heredero de Franco, no es ninguna novedad, pero decir que el PCE no lo sabía es a todas luces un error o una mala forma de justificar su papel en ese período de la historia.
Otra cosa fueron las maniobras de distracción que emplearon unos y otros para defender a la monarquía como garante de la democracia, obviando que el franquismo se auto-tituló como una “democracia orgánica” al servicio de TODOS los españoles.
Este juego maniqueo hay que leerlo dentro del contexto de aquellos tiempos, en los cuales, Alemania y después Francia financiaron a un pequeño partido socialista que carecía de bases incluso para repartir panfletos.
Franco celebró más referéndums que la democracia nacida de la transición
Algunos veteranos de CC.OO. recordarán que tuvieron que repartir los panfletos del PSOE en muchos pueblos y ciudades de la España de entonces, porque el PSOE carecía de militancia.
También hay que recordar que durante la transición, se llevó al seno de CC.OO. el debate sobre constituirse en un sindicato único o un sindicato unitario, debate que no era ajeno al ya creciente fraccionalismo dentro del PCE y que sirvió para distraer la atención sobre problemas más importantes.
La izquierda cuyo partido de referencia era el PCE, basó su lucha en demostrar que estaba dispuesta a todo con tal de tener democracia y renunció a todas sus exigencias (República, depuración del Ejercito, de los cuerpos represivos, etc.) frente a un franquismo reconvertido en la UCD de Adolfo Suarez y a la naciente Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne.
Las potencias europeas que apoyaron al PSOE frente al PSOE Histórico, apuntalaron a la naciente monarquía gracias a los gestos de Felipe González hacia los herederos del Movimiento con pronunciamientos históricos como aquel “Hay que ser socialistas antes que marxistas”.
Y de esos polvos vienen estos lodos, que por mucho que cacareen los hijos de la transición (léase Podemos) fueron sus padres los culpables del desaguisado.
La sociedad española se instaló cómodamente en la monarquía gracias al papel cuché y a las ambiciones de poder de los recién llegados a la democracia.
Otro día hablaremos del papel jugado por la izquierda del PCE, que tuvo sonados escándalos, inaceptables actuaciones y una pérdida del Norte, con sindicatos como la CSUT y otras actuaciones dudosas.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro