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La inteligencia británica y americana tiene la esperanza y el objetivo de tomar ventaja de las plataformas de medios sociales, como Youtube, Twitter o Facebook. Esto responde a un esfuerzo para difundir desinformación y propaganda, además de fomentar protestas públicas, según se desprende de informaciones recientemente desclasificadas en el entorno Snowden.
Según comenta Glenn Greenwald , el periodista que trajo a la luz los primeros pasos del ex-CIA, asistimos a una "distopia" orweliana que dibuja un horizonte en el que las agencias de espionaje ven una oportunidad de manipular a la opinión pública y diseminar su propaganda explotando a los gigantes de la información e Internet, como Flickr, Youtube, Facebook o Twitter.
"Estas ideas -discusiones sobre como vulnerar Internet, específicamente las redes sociales, para difundir puntos de vista amigables a las ideas de occidente o verter informaciones falsas o interesadas sobre objetivos de interés- aparecen repetidamente a través del archivo privado de las agencias, que conocemos gracias a Edwaed Snowden". Estas son algunas de las informaciones reveladas por Greenwald en su diario "The Intercept", donde es editor.
Mientras ya se conocía que los ingleses habían instruído a la NSA en 2012, sobre como llevar a cabo espionaje (en tiempo real) sobre medios sociales como Facebook, Twitter y Youtube, además de recopilar direcciones de ordenadores y billones de usuarios de sitios web, el nuevo informe muestra que el homólogo británico de la NSA (GCHQ) se ha movido para impulsar de forma activa nuevos contenidos de dominio público.
En el congreso anual SIGDEV de 2010, donde se trataba el espionaje de los "5 ojos" que comprendía al Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y EEUU, la discusión se encaminó a desarrollar métodos para "desacreditar" a gobiernos extranjeros, mediante el arte de la decepción , propaganda y mensajes masivos en redes sociales, comenta Greenwald.
Los documentos filtrados pertenecen a una publicación del GCHQ titulada "Psicología: Un nuevo tipo de SIGDEV" (Signal Development).
El documento, presentado por el Grupo de desarrollo de Inteligencia Conjunta (JTRIG) del GCHQ , destaca el objetivo principal de "utilizar técnicas online para hacer que algo ocurra de verdad en el mundo real", incluyendo "information ops" (influencia o confusión). La agencia estimaba este tipo de operaciones, junto con las relacionadas con infiltración en Redes computacionales, en torno a un 5% del total llevado a cabo por el GCHQ.
Para aquellos que piensen que los medios no podrían ser afectados de forma fácil por este fenómeno, deberían pensarlo de nuevo. El documento detalla como se practica algo denominado como " recolección de credenciales " que (ya fué comentado en un informe anterior de la NBC) es descrito como un esfuerzo para "seleccionar periodistas que podrían ser utilizados para transmitir este tipo de información" ventajosa para el gobierno.
De acuerdo a la NBC, los operativos del GCHQ podrían utilizar la "intercepción electrónica para identificar a periodistas no británicos que, a su vez, verterían información manipulada para acompañar un objetivo encubierto del gobierno". Después, el trabajo del periodista consistiría en proporcionar acceso al individuo objetivo, quizá para una entrevista.
Fomentando la disensión popular
La Cuba comunista ya ha estado siendo utilizada como un territorio de pruebas para este tipo de infiltración extranjera. Esta semana, Associated Press reveleba que una operación clandestina -llamada Bahía de los Tweets- fué llevada a cabo por el USAID para crear una red "similar a Twitter en Cuba". Así se conseguiría difundir puntos de vista extranjeros entre su audiencia.
El programa, denominado ZunZuneo (expresión cubana referente al sonido de un colibrí), ha estado operando en las nubes de las plataformas de medios sociales durante más de 2 años, atrayendo a decenas de miles de suscriptores. Su audiencia, mayormente jóvenes cubanos, no tenían idea de que era un producto estadounidense el que consumían, tampoco de que la plataforma estaba acumulando información referente a los usuarios, con la "esperanza de que dichos datos fuesen un día de provecho para algún propósito político", comenta Associated Press.
Los documentos revelaron como, allá por 2011, la USAID estaba pagando "decenas de miles de dólares en concepto de comisiones por mensajes de texto al monopolio de telecomunicaciones cubano, enrutados a través de una cuenta bancaria secreta".
A mediados de 2012, la mencionada plataforma cubana fué desmantelada, mientras el USAID, que descansa en la confianza pública para continuar sus operaciones en el extranjero, parece tener mucho que explicar. No sería la primera vez.
En Septiembre de 2012, el ministro de exteriores ruso denegó el permiso a la USAID para continuar con sus operaciones en el territorio ruso más allá de 20 años, afirmando que la agencia buscaba manipular los procesos electorales en su país.
"El caracter del trabajo de la agencia no siempre busca cumplir con los tratados de cooperación humanitaria bilateral" comentaba el ministro ruso. "Estamos hablando de movimientos que tienen como objetivo afectar el curso de los procesos políticos en nuestro país, incluyendo los procesos electorales a diferentes niveles e instituciones civiles".
Esto demuestra, una vez más, como la ciber-guerra se ha instalado para siempre en el mundo de Internet, pues ofrece anonimato (al menos en teoría) y una velocidad de actuación que supera normalmente lo militar y político.