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El incendio del Hindenburg, ¿accidente o sabotaje?

23/04/2019 05:38 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Ocurrió hace 82 aós y sin embargo, todos recuerdan los zeppelin, una creación fallida de la Alemania nazi que hoy ilustran nuestras páginas con todos sus interrogantes

 

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 El último vuelo del Hindenburg fue su funeral, su incendio, cuya secuencia fue filmada por Pathé instalada para que todos sus admiradores pudieranadmirar el film.

El 6 de mayo de 1937, tras haber cruzado el Atlántico, el Hindenburg se acercó a la base de amarre en la Estación Aeronaval de Lakehurst (Nueva Jersey), después de esperar varias horas a que el tiempo tormentoso le permitiera las maniobras de atraque.

 

A las 19:25, mientras el Hindenburg ya había largado los amarres y se acercaba a la torre, se observó a popa un destello de fuego de San Telmo, que son chispas extensas e inermes de electricidad estática (había una tormenta eléctrica y el aire estaba cargado eléctricamente). Repentinamente, se prendió fuego en la parte superior de la popa, extendiéndose casi instantáneamente por todo el dirigible mientras la estructura caía lentamente sobre los pasajeros que saltaban desde una altura de 15 metros  y marinos que ayudaban en las maniobras. Quedó destruido por completo en menos de 40 segundos y su esqueleto permaneció largo tiempo en el suelo hasta que fue vendido como chatarra.

En 1909, Zeppelin fundó la primera aerolínea del mundo.Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, el zeppelín fue puesto al servicio de la Armada Imperial Alemana y la Marina.El factor sorpresa lo jugaron los alemanes bombardeando Londres nada más iniciada la guerra europea(1914-1918).

 

Pronto se convertiría contra los aliados en un aparato muy temido, ya que hacía llover toeladas de bombas en ciudades desde San Petesburgo hasta Londres.

El desarrollo de las balas explosivas, sin embargo, llevó a la destrucción de la mayoría de los drigibles alemanes a los que Winston Churchill llamó "enormes vejigas de combustible y gas explosivo".!Que vengan¡¡

De los 84 zepelines alemanes construidos durante la guerra europea, 60 se perdieron en accidentes o por ataques aliados.En el periodo entre guerras, Gran Bretaña trató de desarrollar sus propios "zepelines" comerciales.

Con el patrocinio del Ministerio de Aviación británico, se construyeron dos enormes dirigibles rígidos: el R100 y el R101.El segundo se estrelló en Francia en octubre de 1930, en su vuelo inaugural. En el accidente murieron 48 de las 50 personas que iban a bordo, incluidos el equipo que lo había diseñado y Lord Thompson, el ministro del Aire responsable del proyecto.

Así que Alemania volvió a reinar en el cielo, aunque ahora con el apoyo del gobierno nazi y con cruces gamadas en las colas de sus zepelines en negro con fondo rojo.

Pero después, tras el incendio del Hindenburg con el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, la compañía Zeppelin cerró sus puertas

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L LZ 129 Hindenburg fue un dirigible alemán tipo zeppelin, destruido en un incendio cuando aterrizaba en Nueva Jersey el 6 de mayo de 1937. El accidente ocasionó la muerte de 36 personas (alrededor de un tercio de las personas a bordo). Fue ampliamente cubierto por los medios de la época y supuso el principio del fin del dirigible como medio de transporte.

Los primeros vuelos fueron un éxito La primera época del Hindenburg estaba avalada por los numerosos logros de su predecesor, Graf Zeppelin, que ya para entonces había volado un millón de millas (1 609 344 km). Durante 1936, en su primer año de uso comercial, el Hindenburg voló 308.323 kilómetros, transportando 2798 pasajeros y 160 toneladas de carga y correo. Cruzó 17 veces el océano Atlántico, 10 de las cuales a EE. UU., y las siete restantes a Brasil. En julio del mismo año, batió un récord al cruzar dos veces el océano en 5 días, 19 h y 51 min, con el boxeador Max Schmeling como pasajero, después de que venciera a Joe Louis

A pesar de la rapidez impactante del desastre, de las 97 personas que había a bordo solo 36 murieron, la mayoría de ellas quemadas o aplastadas bajo la estructura. En concreto, de los 61 pasajeros, 36, y 13 de las 22 personas que formaban el servicio de tripulación murieron en el accidente. Muchos de los tripulantes y pasajeros se salvaron gracias a la rotura de los depósitos de agua que cayó sobre ellos, salvándolos de las llamas. 

El LZ 129 Hindenburg y su gemelo el LZ 130 Graf Zeppelin II han sido los dos mayores dirigibles construidos, y las aeronaves más grandes jamás concebidas. El Hindenburg fue nombrado en honor del Presidente de Alemania Paul von Hindenburg. Era un nuevo diseño, completamente construido de duraluminio: 245 m de largo, 41 m de diámetro, 16 bolsas (14 de hidrógeno y dos balones de aire) con una capacidad de 200 000 m³ de gas, con un empuje útil de 112, 1 t (1099 MN), gracias a cuatro motores diésel Daimler-Benz DB 602 de 1200 CV (890  kW). Alcanzaba una velocidad máxima de 135 km/h. La idea inicial era que el Hindenburg funcionase con helio, pero un embargo del ejército de Estados Unidos, que era su proveedor, obligó a utilizar hidrógeno, un gas mucho más inflamable y, por lo tanto, más peligroso. 

El Hindenburg era más largo que tres Boeing 747 juntos. Originalmente, tenía capacidad para 50 pasajeros — aumentada hasta 72 en 1937—, y una tripulación de 61 personas. Por razones aerodinámicas, las dependencias de los pasajeros se encontraban dentro de la estructura del dirigible, y no en góndolas. Fue cubierto con tela de algodón, barnizada con óxido de hierro y acetato-butirato de celulosa impregnado de polvo de aluminio (el polvo de aluminio y el óxido de hierro forman una mezcla llamada «termita» que es muy inflamable). Fue fabricado por la empresa “Luftschiffbau Zeppelin” en 1935 a un coste de 500 000 libras, e hizo su primer vuelo el 4 de marzo de 1936.

A pesar del malogrado Hindenburg, no es difícil entender la atracción que generan los legendarios globos dirigibles.Parecían cruzar el aire sin esfuerzo

Estas máquinas alargadas, plateadas y brillantes eran una obra maestra del diseño.

Podían dar la vuelta al mundo, como hizo el Graf Zeppelin aquel verano de 1929,  en 21 días.

El régimen nazi se adueñó de la imagen del Hindenburg como una muestra de la grandeza del poderío alemán. El 1 de agosto de 1936, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, el dirigible sobrevoló el estadio olímpico momentos antes de la aparición de Adolf Hitler.

Además ofrecia al pasajero un espacio que dejaba pequeño al más moderno de los aviones.

En su lanzamiento en 1930, los creadores del aparato se jactaron de sus lujosas salas comunes, la comodidad de los camarotes privados y de los paseos interiores de su aerodinámico casco, aunque esto estba vedado.

El Hindenburg tenía, además de 25 cabinas con doble litera, un restaurante, un salón, un bar de cocteles, y, quizá lo más sorprendente, una sala de fumadores que estaba sellada y presurizada por razones de seguridad.

Los muebles y los accesorios eran los más ligeros posibles: sillas de comedor de aluminio tubular, lavabos de plástico blanco, paredes de espuma cubiertas de tela.

La estética general era una versión divertida del diseño de la escuela Bauhaus, según la cual "la forma sigue a la función".

La tapicería fue concebida por el extravagante arquitecto Fritz August Breuhaus de Groot, conocido por haber diseñado el interior de varios trasatlánticos y las casas de las estrellas de cine alemanas.

Las paredes estaban cubiertas de seda pintada, en la que se reproducían los grandes viajes de la historia, las aventuras del Graf Zeppelin o el caprichoso alojamiento de unas vacaciones exóticas.

Por todo eso se denominaba al Hindenburg "el hotel del cielo". podía fumar a pesar de la cercanía del tanque de hidrógeno.

Desde el punto de vista técnico, el Hindenburg también tenía por supuesto un diseño avanzado.

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La estética general era una versión divertida del diseño de la escuela Bauhaus, según la cual "la forma sigue a la función".

 

Podía fumar a pesar de la cercanía del tanque de hidrógeno.

 

Su superficie de algodón estaba impregnada de polvo de aluminio, para repeler los rayos ultravioleta. Era lo que hacía brillar al aparato. Además, estaba equipado con una versión temprana del piloto automático. A pesar del malogrado Hindenburg, no es difícil entender la atracción que generan los legendarios globos dirigibles.

 Además ofrecia al pasajero un espacio que dejaba pequeño al más moderno de los aviones.

 

Podía fumar a pesar de la cercanía del tanque de hidrógeno.

Desde el punto de vista técnico, el Hindenburg también tenía por supuesto un diseño avanzado.

Su estructura de anillos y puntales de duraluminio ligero estaba recubierta de pintura protectora de un color azul brillante.

Su superficie de algodón estaba impregnada de polvo de aluminio, para repeler los rayos ultravioleta. Era lo que hacía brillar al aparato. Además, estaba equipado con una versión temprana del piloto automático. A pesar del malogrado Hindenburg, no es difícil entender la atracción que generan los legendarios globos dirigibles.

Estas máquinas alargadas, plateadas y brillantes eran una obra maestra del diseño.

Y podía transportar carga pesada, desde correo y equipaje, hasta los vehículos de los pasajeros.

Sus cuatro motores diésel de 16 cilindros eran una adaptación de los torpederos de última generación.

El trabajo de estos incluía caminar fuera del casco, sobre pequeñas pasarelas de alumnio a la intemperie, con un ruido ensordecedor, lejos de la vista de aquellos que bebían cocteles en el bien surtido bar.Eran trabajadores con alto riesgo, los bomberos del Hindenburg

Y cuatro empleados eran los encargados de cuidarlos, uno por cada motor.

A pesar de que la densidad del hidrógeno es la mitad de la del helio, su empuje apenas aumentó en un 10 %. Gracias a este pequeño incremento, en el invierno de 1936 se aumentó su capacidad añadiendo otras 10 cabinas de pasajeros. Nueve de ellas disponían de dos camas, y la última de cuatro. También se retiró un piano para ahorrar peso. 

Los alemanes tenían una gran experiencia en la manipulación del hidrógeno de modo seguro, eliminando los peligros de un accidente por la alta reactividad del gas. Aun así, y para mayor seguridad, se trató la envoltura del dirigible para que no acumulara electricidad estática, evitando de este modo que saltaran chispas. Los ingenieros alemanes tenían tanta confianza en su capacidad para manejar hidrógeno con seguridad, que incluyeron en el Hindenburg una sala para fumadores. 

Hay que recordar la época y el lugar en el que el Hindenburg fue construido, la Alemania nazi. Dichas circunstancias sin duda tuvieron mucho que ver con el nacimiento del más grande de los dirigibles, y posiblemente con su final. 

A pesar de estar cargado con miles de toneladas de hidrógeno era una nave segura . De hecho, hasta ese momento, los dirigibles Zeppelin tenían un récord perfecto, ninguno de sus pasajeros o miembros de la tripulación había sido herido.

Además, el Hindenburg a pesar de sus toneladas de hidrógeno parecía una nave segura . De hecho, hasta ese momento, los dirigibles Zeppelin tenían un récord muy bueno, ninguno de sus pasajeros o miembros de la tripulación se había quejado de nada.Estaban contentos a bordo.

Desde el principio, el Comandante de la base, Charles Rosendahl, había recibido una amenaza anónima en la embajada alemana en Nueva York, antes de despegar.

Poco antes de la explosión que acabó con el Hindenburg, un testigo dijo haber visto un movimiento fluctuante en la parte superior. Muy posiblemente era el gas fugado de su bolsa.

Hugo Eckener, el creador del Hindenburg viajó a Estados Unidos tan pronto se enteró de la noticia, llegando a Lakehurst una semana después. Lo primero que hizo fue examinar los restos calcinados, donde estuvo muchas horas observando su estado y haciendo preguntas..

 

Sin participar en los primeros días, Eckener sí estuvo presente en todas las entrevistas a la tripulación, los pasajeros y los testigos. Quería saberlo todo del accidente . Del Hindenburg, ya lo sabía todo

Fueron los dirigibles demesiado fugaces y sin embargo ocuparon muchas mentes pensantes

Aunque Hugo Eckener, el diseñador del Hindenburg, estaba en contra del nacionalsocialismo, había recibido una cuantiosa subvención del gobierno para construir su sueño. Había vendido su alma al diablo, y algunos creyeron que esa relación terminaría por pasarle factura. Pero eso eran conjeturas.

Eckener volvio a revisar su diseño, y buscó las posibles causas, que luego asoció con la información falsa suministrada por los testigos. De lo que no cabía duda, era de que el hidrógeno había entrado en contacto con una chispa.

 

Un cúmulo de casualidades eran necesarias para que en el Hindenburg se produjera una explosión. Primero, al menos una bolsa de gas debía pincharse para dejar escapar su contenido, cosa improbable. Segundo, y al mismo tiempo, fuego o una chispa debía entrar en contacto con el hidrógeno.

 

La primera parte, según Eckener, sí tuvo un posible riesgo. Durante la maniobra de acercamiento, el Capitán Pruss había ordenado dos giros bruscos. El Hindenburg, en principio, era capaz de soportar dicha maniobra.Circunstancia en principio desgraciada.

 

 

Pero en la práctica, también era posible que, debido al estrés causado por la maniobra, alguno de los cables se hubiese roto. Al romperse, la fuerza del latigazo pudo haber rasgado una de las bolsas de gas.De haber sucedido eso, según Eckner casi seguro era la bolsa 4.

 

 

Claro está, si se trataba de un sabotaje tendría que haber un culpable, o varios. Una de las primeras tareas de los investigadores, alemanes y norteamericanos, fue revisar la lista de pasajeros y de la tripulación, para ver si encontraban algun sospechoso.

 

Para empezar, ninguno de los sobrevivientes de la tripulación creyó que algún compañero pudiese ser culpable.Era un grupo muy unido, comprometido con la empresa, y con la nave, de la que estaban muy orgullosos.

 

Se conocían demasiado bien entre ellos, y coincidieron en que la posibilidad de un sabotaje por parte de un miembro de la tripulación era casi imposible. La empresa y la seguridad de los nazis, que era minuciosa, ya habían investigado a todos los trabajadores culpable, en todo caso, debía ser un pasajero.

Uno de los sobrevivientes del accidente del dirigible fue el acróbata alemán Joseph Späh. Inmediatamente, Späh fue considerado el sospechoso número uno. La razón principal es que, durante el viaje, había hecho muchas bromas sobre Hitler y el Tercer Reich.

 

Späh se ganaba la vida haciendo acrobacias en rascacielos y otros lugares peligrosos. Era como  Joseph Spahun acróbata de circo, pero que tenía su propia escuela y espectáculo. Precisamente volvía de Alemania después de una gira, para reunirse con su esposa e hijos que vivían en Nueva York.

 

Otra razón por la que Späh era sospechoso, se debía al hecho de que en el vuelo del Hindenburg, traía un perro de regalo para sus hijos.De todas formas se les investigó.

Sin participar en los primeros días, Eckener sí estuvo presente en todas las entrevistas a la tripulación, los pasajeros y los testigos. Quería saberlo todo del accidente . Del Hindenburg, ya lo sabía todo.

 

Al no encontrar pruebas de sabotaje alguno, Eckener comenzó a darle forma a cualquier explicación. El Hindenburg, tal como él lo había diseñado, no podía explotar así como así. Algo podía pasar, o más bien, varias cosas tenían que ocurrir para provocar cualquier conflagración.

 

 

Entre los defensores de la teoría del accidente fortuito, como Eckener, muchos pensaban que una chispa podía haber encendido el gas. Otros creían que un relámpago era el culpable (otra chispa, pero muy grande)

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La tesis del relámpago quedó descartada porque, a pesar de que una tormenta había pasado sobre la base unas horas antes, nadie vio ningún rayo. Pero había otras opciones, por ejemplo, la acumulación de electricidad estática, o el fallo de un motor.

Los propulsores también se descartaron como causa. Habían sobrevivido al desastre en buena forma, y se pudo comprobar que no habían fallado. Además, los motores iban instalados fuera del dirigible, a varios metros de distancia, y no era posible que una chispa salida de ellos pudiese llegar tan lejos.

 

La posibilidad de que la electricidad estática fuera la causa de la chispa misteriosa tuvo más defensores. El Hindenburg había pasado a través de varias tormentas, y es posible que las cargas se hubiesen acumulado en su cubierta exterior. Eso es lo pensó Eckener.

El diseñador del dirigible más grande de la historia compareció ante la comisión investigadora con su informe. Pocos conocían la nave tan bien como él, y pocos tenían su gran experiencia como piloto de dirigible.

 

 

El Hindenburg había acumulado mucha electricidad estática en las últimas horas.Durante las maniobras de aproximación, los giros bruscos habían provocado la ruptura de un cable, y este rasgó una de las bolsas de gas.

El hidrógeno se acumuló en la parte superior del globo.Y en el momento de soltar las amarras para que los equipos terrestres ataran al dirigible, las cuerdas se mojaron con la lluvia, haciendo tierra.

La carga electrostática provocó una chispa, que encendió el gas acumulado dentro del dirigible, pero fuera de su bolsa.

El hidrógeno suelto explotó, aumentando la temperatura, y provocando que la siguiente bolsa de gas se derritiera, y soltara más hidrógeno, provocando una reacción en cadena.

 

La teoría de lo que sucedió aquella tarde explicada por Eckener es la más aceptada. Aún así, no hay consenso. Hay muchos que aún piensan que el Hindenburg fue víctima de un sabotaje. Algunos creen que el mismo Hitler ordenó el sabotaje, para castigar a Eckener de su antifascismo. Patrañas.

Nunca se encontró ningún resto de bomba, ni de explosivos. No se encontró ninguna evidencia de sabotaje. Pero es muy probable que nunca sepamos a ciencia cierta qué provocó la tragedia del Hindenburg. Quedará como uno de esos grandes misterios para la historia

 

Tuvo una desmesurada cobertura mediática que se recuerda a través de películas, fotos, tarjetas y especialmente, de la narración radiofónica de Herbert Morrison desde el lugar del accidente. La presencia de tantos periodistas al igual que Pathé se debía al anuncio del primer vuelo transatlántico para pasajeros que llegaba a suelo norteamericano aquel año. La narración de Morrison no fue difundida hasta el día siguiente. Aun así, se convirtió pronto en una de las más recordadas de la historia, con la memorable expresión «¡Oh, la humanidad!» («Oh, the humanity!»), que desde entonces quedó ligada al recuerdo del desastre. Estas palabras de Morrison hay que colocarlas en el contexto de la producción. El periodista se había referido anteriormente a toda la gente allí presente como «masa de humana». Usó la frase pronuncida cuando el periodista vio que el dirigible ardiendo iba a caer sobre muchas de aquellas personas.

 

La causa mecanica:la hipótesis aceptada es que un imprevisto de algún tipo provocó la ignición del hidrógeno que se usaba para la sustentación de la nave. La razón de la ignición sigue siendo un misterio, aunque se baraja desde una chispa de electricidad estática hasta un rayo (debido a que se había producido una tormenta antes del accidente). Esto combinado con otros factores como el hidrógeno expulsado por el Hindenburg en la maniobra de aterrizaje o la pintura usada para recubrirlo, que posteriormente se descubrió que era altamente peligrosa, fueron barajadas comocausas del veloz incendio que devoró la estructura en pocos segundos.

El sabotaje presupone que alguien desde el interior del Hindenburg podría haber ocasionado el incendio. Ese alguien se presume que pudo haber sido Eric Spehl, quien murió en el accidente. El motivo sería destruir un gran símbolo de la Alemania nazi. A favor de esta teoría hay datos como que la novia de Spehl era comunista y antinazi, que el fuego se originó cerca de su zona de trabajo y que varios testigos dijeron haber visto algo como el flash de una cámara de fotos (Spehl era fotógrafo), que podía haberse usado como detonante, antes de que se produjese la deflagración. El acróbata Joseph Spa, que no simpatizaba con los nazis fue investigado por el FBI porque tuvo la oportunidad para colocar un explosivo con la excusa de ir a alimentar a su perro, según hemos dicho.Acusación falsa.. El suicidio de un pasajero:fue otra de las teorías, el que un pasajero pudo suicidarse antes del aterrizaje disparándose a si mismo, o al Zeppelin con una pistola Luger, que fue encontrada entre los restos con una bala menos. No se hallaron evidencias de esto, así que esta teoría es poco probable. Tampoco se halló un cadáver perdido, más que las víctimas del incendio todas identificadas. 

. Sin embargo, unos documentos desclasificados del FBI muestran que la agencia no descartó el sabotaje tras la catástrofe.

Según una versión de esta agencia, la aeronave podría haber sido saboteada por un grupo secreto de comunistas y antifascistas anti-nazis. En una carta desclasificada, el agente del FBI G.N. Lowdon citó varios artículos publicados en el periódico del Partido Comunista norteamericano, 'Daily Worker', que apuntaban la teoría de que existía la posibilidad de actos de sabotaje contra los sistemas de transporte de la Alemania nazi. Sin embargo, Lowdon no encontró ninguna evidencia de la existencia de grupos clandestinos.

The Zeppelin LZ 129 Hindenburg catching fire on May 6, 1937 at Lakehurst Naval Air Station in New Jersey. pic.twitter.com/wHsrXJHWNk

— History (@HistoryTime_) May 6, 2017

¿Un acróbata?

El comandante de la estación aeronaval de Lakehurst, Charles E. Rosendahl, señaló a los investigadores del FBI que el sabotaje sería una "causa lógica" si se demostraba la tesis de que las llamas fueron iniciadas por una persona.En eso coincidían varias personas. Rosendahl citó a Hugo Eckner, diseñador de Luftschiffbau Zeppelin, según el cual la norma que prohibía a los pasajeros salir de sus compartimentos sin un miembro de la tripulación "no se aplicaba estrictamente"y los pasajeros deamubulaban a su antojo.

 

Rosendahl mencionó sus sospechas respecto a uno de los pasajeros en particular, Joseph Spah, a quien se permitía cuidar de sus perros, que estaban en el cuarto de carga, debajo de los tanques de gas. Spah era acróbata y pudo, según Rosendahl, usar sus habilidades para alcanzar el área de combustible. Pero esa teoría tampoco aortaba pruebas.

Conspiración mediática

Una versión más extraña señala que periodistas organizaron la catástrofe con fines de lucro. Harold E. Hartney, coronel de la Fuerza Aérea norteamericana, pasó al FBI una carta cuyo autor anónimo, a pesar de admitir que no tenía "pruebas directas para sus conclusiones", destacaba que "las fotos del accidente se tomaron desde todos los ángulos" y afirmaba que un "grupo de estafadores podría haber organizado un accidente de ese tipo… por dinero".

Una bala

Otra versión popular supone que el dirigible fue alcazado por disparos de varios ángulos, lo que movió al senador por Nueva York, Royal Copeland, a dirigir una carta al FBI el 8 de mayo de 1937, dando detalles de lo que había oido.. El político también se preguntaba sobre las especulaciones respecto a unas misteriosas huellas encontradas en un campo cercano al lugar de los hechos. Los documentos desclasificados muestran que esas huellas las dejaron unos niños un día después de la catástrofe.

 

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