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MÉXICO.- A sesenta años de la llegada de la empresa cementera suiza Holcim a México, esta a tomado la decisión de cambiar su nombre. Ya no sera Holcim-Apasco como era conocida anteriormente, sino que en un sentido de "unificar su oferta de valor y aplicar los más altos estándares en cada uno de los países donde tiene presencia" en palabras de la misma empresa desde el 2013 han comenzado una campaña para el cambio de nombre. Ahora serán simplemente Holcim.
Entre los argumentos para el cambio de nombre no se menciona ni la crisis que vive la empresa actualmente, misma que los mantiene trabajando al 65 por ciento de su capacidad, tanto en la producción de cemento como en sus otros productos. Mucho menos mencionan la mala fama que en los últimos diez años han ido creando por los conflictos causados en la comunidad de Apaxco en el Estado de México. Lugar que fue por muchos años su bandera de eficiencia tecnológica y que a raíz de una lucha por parte de un grupo de vecinos para que la empresa cumpla al menos con los estándares ambientales mínimos, han logrado ubicar a Holcim como una de las empresas que más incumple las leyes ambientales, dejando un serio caso de justicia ambiental. Evidenciando también una empresa que no sólo en México mantiene denuncias de malas prácticas, sino que estas se presentan a nivel global.
Tanto, que en el 2011 la organización internacional Amigos de la Tierra publicó una serie de estudios de caso sobre las violaciones de los derechos humanos en muchos países de Latinoamérica, México incluido. La publicación que llevó por título "Holcim en América Latina: estudios de caso" hace un recuento de casos en comunidades en Guatemala, Colombia y México, donde en el contexto de los cien años de Holcim, la investigación revela como la cementera ha contraído una deuda ecológica enorme con las comunidades más vulnerables y los ecosistemas.
Las empresas cementeras desde inicios del siglo XXI están en una crisis importante. Estas son las primeras en sufrir por la caída de la burbuja inmobiliaria en Europa y Estados Unidos, sumado a la crisis económica a nivel global; sin embargo, aunque esta se ha resentido a nivel de plazas de trabajo, producción, han encontrado en la incineración de residuos (peligrosos, industriales, biológico-infecciosos, urbanos, etc) la solución perfecta para salir de esta crisis. Cargando los costos socio-ambientales en la salud ambiental y humana de las comunidades cercanas a sus plantas.
Con el nombre de coprocesamiento, CEMEX y Holcim son pioneras en el uso de Combustibles Derivados de Residuos (CDR's) en la producción de cemento. Usando principalmente residuos industriales, llantas, residuos peligrosos, los que pasan por un proceso de molienda y mezcla para después usarse en los hornos cementeros como combustible. Esto implica un ahorro en la compra del combustible tradicional (combustoleo y/o gas natural) pero también en algunos casos, la empresa cobra por incinerar estos residuos, lo cual es una ganancia extra.
¿Pero esto qué implica para las comunidades cercanas en términos de impactos a la salud ambiental y humana? El principal problema con el coprocesamiento es que este es un proceso de incineración. Es decir que aunque se busque un nombre para el mismo proceso, la técnica y los resultados de esto siguen siendo los mismos: Las emisiones arrojadas a la atmósfera por este coctel químico que se forma al mezclar distintos tipos de residuos y aplicarles calor es el mismo que produce una incineradora tradicional.
Es decir, una serie de ácidos, metales pesados, dioxinas y furanos, todos altamente dañinos a la salud ambiental y humana de las poblaciones cercanas. Causando con esto una serie de implicaciones de salud como son problemas respiratorios, cardiovasculares, de aprendizaje principalmente en niños y niñas pero también se presenta en población adulta cercana a la planta, problemas de reproducción hasta el cáncer. De igual forma la salud de los ecosistemas se ve seriamente afectada en la calidad de los suelos (perdiendo zonas de cultivo) hídricos y la perdida de mucha flora y fauna que vive en la región. Estos daños están ampliamente documentados en distintas regiones del mundo.
Pero este no es el único impacto de la industria cementera. Esta industria desde la extracción del material acarrea una serie de impactos negativos, pues la extracción de la piedra caliza es una práctica similar a la minería a cielo abierto, donde a base de explosiones y molienda se va extrayendo el material, dejando un fino polvo que afecta el sistema respiratorio de las poblaciones cercanas, además de cubrir los suelos causando una aridez que no permite tener un ecosistema sano.
De igual forma la cantidad de agua que se necesita en el proceso de la extracción como de la producción del cemento pone en riesgo las demás actividades productivas de las comunidades cercanas, así como de los mismos ecosistemas.
Si bien es cierto que esta es la practica común en la mayoría de las empresas cementeras a nivel mundial, Holcim ha sido una de las dos empresas que más se ha beneficiado del uso de los CDR's principalmente en México donde ha creado una empresa filial para el manejo y producción de este combustible. Dicha empresa llamada Ecoltec, de la cual tiene cinco plantas en todo México preparan los residuos para convertirlos en CDR y de ahí pasarlo a los hornos para la producción del cemento.
Las cenizas que se producen son mezcladas con el producto final, evitando con esto la producción de residuos. Esta es su justificación sin embargo la mezcla de cemento con los residuos del coctel quÃmico pueden causar un impacto en las construcciones donde se utilice. Esto aún no esta documentado por ser un proceso de impacto a largo plazo. Aquí conviene pensar en principios precautorios.
Vale la pena mencionar la relación de el coprocesamiento con los Mercados de Carbono, ya que tanto Holcim como CEMEX han intentado varias veces incluir sus proyectos de uso de CDR's dentro de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) argumentando que esta práctica mitiga las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera. Una falsa solución que se pinta de verde. Se ha demostrado que no baja las emisiones, pues la valorización energética de los materiales usados como CDR's es menor a los combustibles fósiles.
Maquillaje verdeMención aparte, merece que aunque la reducción de GEI a la atmósfera fuera del todo cierta, las emisiones de otros gases que tienen un efecto negativo local en la salud de las poblaciones y los ecosistemas cercanos a las plantas deja fuera el argumento de su supuesta sustentabilidad y ser "amigables con el medio ambiente". No se puede ser consciente del cambio climático como un fenómeno sin relación con toda la problemática ambiental. Las empresas cementeras son un claro ejemplo de la idea errónea que nos quiere vender la economía verde, donde existe un claro desfase entre los impactos globales de la crisis ecológica que vivimos actualmente y la necesidad de una verdadera justicia socio-ambiental en las comunidades que sufren de este modelo extractivo salvaje que intenta pintarse de verde. Incluso podemos ver este intento con la creación en el caso de Holcim de una fundación global que lleva por nombre Centro de la Construcción Sustentable, esto como un intento más de seguir pintándose de verde.
Así las cosas, está ampliamente documentado que Holcim no sólo no es una empresa socialmente responsable, ni mucho menos preocupada por el medio ambiente. El libro de Amigos de la Tierra sobre Holcim en América Latina deja constancia muy clara de las violaciones de esta empresa a los derechos humanos de las comunidades donde se instala.
En el caso de México la lucha que han llevado el Movimiento Ambientalista Prosalud Apaxaco-Atotonilco de los últimos cinco años contra Ecoltec en particular y Holcim en general dejan muy claro. La resistencia de este grupo que nació a raíz de muchas denuncias ignoradas, de la muerte de habitantes del lugar al limpiar un cárcamo y envenenarse con los gases de la planta.
Sumado a ser una de las comunidades con mayor índice de cáncer a nivel nacional, viviendo en una región considerada como de emergencia ambiental. Nació como un grito desesperado por que la empresa cumpliera con las leyes ambientales. A la fecha sus demandas siguen cayendo en los oídos sordos de una autoridad que no hace el mínimo para están tengan un cumplimiento.
Aun así el Movimiento Prosalud ha logrado que Holcim tenga que hacer mucho cabildeo para que tanto los medios como las autoridades hagan caso omiso a la comunidad y sus demandas. Su lucha es histórica y muy viva, logrando que muchas otras comunidades comiencen a movilizarse a favor de la justicia socio-ambiental.La industria cementera en México ha gozado desde siempre de ciertas concesiones que le dan las autoridades. Gran parte se debe a esta falsa idea que esta industria es el motor del progreso y el desarrollo. Esto pensando que los mega proyectos en general son el motor del país para los cuales se necesita cemento. Por lo tanto se debe de tener ciertas consideraciones. Incluso vemos como en este momento de crisis se plantea la posibilidad de que ya no sólo incineren residuos industriales, peligrosos, etc, etc, sino también los Residuos Solidos Urbanos (RSU) cobrando claro, a las autoridades municipales por ese servicio y de nuevo cobrando los costos socio-ambientales a las poblaciones mas vulnerables.
Convertir a las plantas cementeras en incineradoras es una idea perversa por contraponerse a cualquier plan de gestión de RSU sustentable que plantea el reciclaje y el compostaje como el eje rector de la gestión, además de poner en riesgo la salud ambiental y humana, lo cual conlleva una serie de impactos en efecto domino que no son nada benéficos para una comunidad y/o municipio.
La industria cementera representa de manera puntual y exacta las fallas del modelo de producción y consumo que vivimos actualmente, así como las crisis de este. Poco permite para la búsqueda de alternativas, es la principal beneficiada de los mega proyectos. Sólo basta ver lo que se gasta en cemento en las hidroeléctricas, carreteras, hasta los proyectos que se pintan de verde como los eólicos necesitan toneladas de cemento.
Pensar en que el modelo extractivo tiene como su principal cómplice a la industria del cemento no es del todo descabellado.
No en balde este sistema no puede vivir sin el cemento. Es de sus productos mas necesarios. Incluso nos cuesta trabajo pensar en alternativas a su uso. Especialmente cuando hablamos o pensamos en el uso industrial del mismo. La búsqueda de las alternativas a este modelo, tienen que nacer desde abajo, donde se encuentran estas empresas responsables directas e indirectas de muchos de los males que padecemos como civilización.