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La presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Oaxaca, Eufrosina Cruz Mendoza, aseguró que ha llegado la hora de la reconciliación, de la paz y de zanjar las diferencias políticas e ideológicas para dar paso al diálogo y el acuerdo. La diputada señaló que no son tiempos de resquebrajar la fe y la voluntad de los mexicanos en falsas querellas políticas, sino de caminar juntos “para rescatar al país de las garras de la delincuencia y de la corrupción que han tendido un velo de sombras sobre el destino de la patria”. "Hoy más que nunca es tiempo de unidad para México, el compromiso de los mexicanos es trabajar hombro con hombro para apoyar a la educación pública de calidad, impulsar el desarrollo social y productivo de comunidades y pueblos, y afianzar los cimientos democráticos del Estado de derecho", abundó. En la ceremonia oficial por el 205 aniversario del natalicio de Benito Juárez, a la que se dieron cita por los tres Poderes de la Unión, preguntó que cuánto tiempo habrá que esperar para ver la luz de la unidad, de la concordia entre los mexicanos. También, cuánto tiempo más habrá de transcurrir para que sea el diálogo y el acuerdo político con arreglo al marco legal, lo que defina la vida interna del país, y no la convicción política de prevalecer el interés de unos pocos en agravio de la mayoría. "Sin excesos, sin aspavientos amparados en el espíritu republicano de Benito Juárez, debemos sortear unidos las amenazas del presente, trabajar juntos para derrotar a los verdaderos enemigos de México: la delincuencia organizada, la corrupción, la pobreza y la marginación", destacó ante el presidente Felipe Calderón. Recordó que para muchos mexicanos que observan en la distancia las imágenes de la violencia, de la confrontación política, surge una reflexión: La democracia no está hecha para los mexicanos, pero "yo digo que sí”. Ello, comentó, porque la democracia es el patrimonio de los pueblos, que es tan natural al hombre como lo es el pensamiento, la palabra libre y la dignidad. Cruz Mendoza recordó que casi un cuarto de siglo duró el peregrinaje de Benito Juárez para construir un nuevo andamiaje jurídico e institucional que diera al país su personalidad democrática y su jerarquía como Estado independiente. Durante ese tiempo, comentó, Benito Juárez tuvo que transitar entre las sombras para resistir los embates de inconfesables intereses nacionales y extranjeros, que habrían preferido que el azoro, el desorden, la delincuencia, la impunidad, la ilegalidad prevalecieran en el país. “Mucho tiempo hubo que esperar, para que los opuestos se juntaran, para zanjar las diferencias ideológicas de liberales y conservadores a favor de un proyecto común, un proyecto que impulsara la paz y el progreso, tan largamente anhelados para todos los mexicanos”, indicó. Además, señaló, el acuerdo sirvió para fundar un Estado sostenido sobre los pilares de la Constitución, el laicismo, la libertad de pensamiento, la igualdad jurídica de los pueblos y comunidades del país. Sin embargo, "hoy, con dolor y preocupación, observo que todavía se cuestiona la decisión del Presidente de la República de conducir a la Nación bajo el imperio de la ley, la colaboración institucional, para salvar a la Patria y enfrentar con firmeza a la delincuencia organizada”. Por ello, añadió, como mujer indígena y de pensamiento libre “vengo a expresar mi solidaridad con la causa de la ley y la vigencia de las instituciones nacionales, contra quienes quisieran ver fracturada la unidad esencial de los mexicanos”.