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Contra todo pronóstico, China se benefició en noviembre de un repunte de sus importaciones y de la estabilización de sus exportaciones, confirmando una precaria recuperación de su economía en un contexto mundial complicado.
Las importaciones del gigante asiático, principal potencia comercial del planeta, subieron un 6, 7% el mes pasado, hasta los 152.200 millones de dólares, anunció este jueves la administración de aduanas.
El dato fue notablemente mejor que el pronosticado por los expertos consultados por Bloomberg, que esperaban un retroceso del 1, 9%, en línea con las bajadas de los dos meses precedentes.
A esta mejora ha contribuido el encarecimiento de las materias primas industriales, pero ello no impide que siga tratándose del mayor repunte de las importaciones desde 2014: mes tras mes, durante dos años, estas habían ido hundiéndose antes de hacer un tímido remonte en agosto (+1, 5%) para volver a derrumbarse.
"Es la recuperación de la demanda interna la que ha hecho crecer las importaciones", insiste Larry Hu, economista de Macquarie, citado por Bloomberg. Por otro lado, China se beneficia de la "gran mejora de la economía mundial".
- ¿Una prórroga momentánea? -
Mejora también inesperada del lado de las exportaciones de la segunda economía mundial: en noviembre progresaron un 0, 1% interanual, hasta los 196.800 millones de dólares.
El arranque es tímido pero prometedor, tras siete meses de repliegue: las exportaciones habían caído más de un 7% en octubre y los analistas apostaban por un nuevo derrumbe del 5% este pasado mes.
Las estadísticas de Aduanas son seguidas de cerca por los mercados ya que el comercio exterior continúa siendo un pilar del PIB chino y un motor tradicional de su crecimiento.
"Estas cifras, mejores de lo esperado, evidencian el arranque de la demanda mundial, pero también una recuperación de la economía china", confirma Julian Evans-Pritchard, analista del gabinete Capital Economics.
Otros observadores muestran sus reservas frente a este giro imprevisto. "No estamos del todo convencidos de la idea de una recuperación sólida de las exportaciones. La gran sorpresa de noviembre probablemente sea un episodio único que no se repetirá", insiste Raymond Yeung, analista del banco ANZ.
Se refiere, entre otras circunstancias, a que los cargamentos que debían llegar inicialmente en septiembre y octubre a suelo chino podrían haberlo hecho con cierto retraso, debido especialmente a los problemas financieros del armador surcoreano Hanjin, que ha bloqueado en el mar miles de millones de dólares en mercancías, recuerda el experto.
- El desconocido Trump -
Además, el excedente comercial chino se hundió el mes pasado, un 17, 6% respecto a noviembre de 2015, hasta los 44.600 millones de dólares, lastrado por el repliegue de las exportaciones. El excedente es una fuente crucial de divisas extranjeras para el régimen comunista.
Por otra parte, la coyuntura exterior continúa siendo precaria. La industria en China sigue hundida por la sobrecapacidad masiva de sus fábricas; el aumento del endeudamiento preocupa y el crecimiento solo resiste gracias a una alarmante burbuja en el sector inmobiliario.
La prórroga de la que se benefician los intercambios en el país podría degradarse rápidamente si aumentan las tensiones con EEUU, segundo socio comercial de Pekín tras la Unión Europea.
El presidente electo Donald Trump ha prometido imponer una tasa prohibitiva del 45% a las importaciones chinas. Una medida de ese calibre parece improbable, ya que afectaría, para empezar, a las propias empresas estadounidenses.
Pero el impetuoso millonario podría implantar penalizaciones de menor intensidad. En los 11 primeros meses de 2016, las exportaciones chinas cayeron un 6, 6% hacia EEUU y un 4, 4% hacia la UE.