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El escritor y periodista Vicente Leñero, así como los críticos Leonardo García Tsao y Fernanda Solórzano convocaron a leer, disfrutar y conocer "Felipe Cazals, 4 guiones para cine", editado por la Filmoteca de la UNAM. Leñero, Solórzano y García Tsao comentaron la víspera la publicación, en el marco de la XXXIII edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, que concluirá el próximo 5 de marzo. Se esperaba la presencia de José Woldenberg, pero no asistió por compromisos de trabajo; sin embargo, se invitó a participar en el panel al ensayista y ex funcionario Javier González Rubio y al novelista y cuentista Gerardo de la Torre. El volumen consta de 500 páginas comentadas por destacadas plumas, como el escritor, periodista y guionista Vicente Leñero, quien analiza "Su alteza serenísima". El también periodista, ex consejero presidente del IFE y analista político José Woldenberg se encargó de "Digna... hasta el último aliento"; Leonardo García Tsao, crítico y ex director de la Cineteca Nacional analizó "Las vueltas del Citrillo" y la también crítica fílmica Fernanda Solórzano revisó "Chicogrande", la más reciente película del cineasta mexicano. La crítica y editora cinematográfica Fernanda Solórzano fue la primera en intervenir. Señaló que esta reunión en el Palacio de Minería, con la presencia de Cazals, "se presta para especular acerca de su obra y por qué decimos que él se ha convertido en uno de los observadores más implacables, cáusticos y puntuales de la realidad mexicana que deviene desde hace 200 años". Añadió que no es casual que los cuatro guiones que se plasman en el compendio ocurran en momentos históricos, que van desde el gobierno de Santa Anna hasta el presente. Dijo que todos los presentes en el panel coincidirían con ella de que "Felipe Cazals es un director-autor, es decir, alguien que tiene con el guión una relación totalmente necesaria". Subrayó que en cada una de las películas que se comentan en esta ocasión, como lo dice el maestro Leñero en "Su alteza serenísima", está reflejado ese tirano que siempre va a ejercer el poder como se conoce tradicionalmente, sin tomar en cuenta las voluntades ajenas. Solórzano dijo que respecto a "Digna, hasta el último aliento", de José Woldenberg, es un retrato de cómo se violan los derechos humanos. En cuanto a "Chicogrande", que ella analizó, dijo que "todos recordamos el año pasado, el del Bicentenario, un año esquizofrénico, pues por un lado se celebraba todo lo concerniente a la Independencia y a la Revolución, y por otro lado fue el año que explotó toda esa información sobre la espiral de violencia". García Tsao señaló que le correspondió analizar "Las vueltas del Citrillo" y que Cazals es afecto a las películas de corte histórico y tres de ellas se sitúan en el lenguaje que ya no queda. Añadió que se editó un libro para conocer el cine de Cazals y cómo se traslada el guión a una película y que hoy, los presentes, debían concentrarse en estos cuatro filmes del compendio. Destacó que Felipe se convirtió en su propio guionista que, de acuerdo a lo plasmado en "Las vueltas del Citrillo", su forma de narrar documenta la forma de comportarse de los personajes. "Él siempre ha visto la miseria sin celebrarla, sino en su justeza (sic) precisa, por lo que hay que recurrir a sus guiones y a sus películas, ya que representan una gran lección de cómo se debe hacer cine". Vicente Leñero se remitió al prólogo que hizo de "Su alteza serenísima" para referirse al trabajo de Felipe Cazals en esa película y sobre su obra, y trajo a la mesa la declaración del realizador de "Canoa", a García Tsao, a quien dijo después de filmar "Kino", en 1992, que ya estaba harto y no haría una película más. Agregó que todo era parte de ese carácter abrupto de cineasta, quien integró junto con Jorge Fons y Arturo Ripstein la tercia de directores más sobresalientes de su generación que irrumpió en los 60 en una industria fílmica cercada por los viejos realizadores. "Cinco años después, cuando asimiló el ‘Kinazo’ y se aplacó su noble muina, Felipe hizo varios intentos conmigo para regresar a lo suyo. Estaba entero, tenía apenas 60 años y un gran oficio de cineasta adquirido a punta de películas maestras: ‘Canoa’, ‘El apando’ y ‘Los motivos de luz’", añadió. Leñero subrayó que Cazals "está enrachado en su empeño por regresar a los foros con una nueva convicción: escribir de principio a fin sus propias historias", luego de caminar acompañado de grandes escritores cinematográficos como Tomás Pérez Turrent, José Agustín, Xavier Robles y Gerardo de la Torre. "Fue en el año 2000 cuando emergió este director-escritor al filmar ‘Su alteza serenísima’, a partir de entonces, con ‘Digna Ochoa... hasta el último’ aliento’, con ‘Las vueltas del Citrillo’ y ‘Chicogrande’ hizo posible el cine de autor, apelativo que sólo merece cabalmente el director que escribe los guiones de sus propias películas", subrayó. Leñero dijo que "Su alteza serenísima" marca el regreso triunfal de un cineasta que alcanza su plena madurez y que las tres películas complementarias lo reafirman, según se puede apreciar en los guiones comentados de la obra de anoche. "Como dijera mi gran amigo, el crítico de cine Emilio García Riera, no tengo palabras y quiero dejar en claro que la autora del libro es Nayeli Garci-Crespo y hago público mi agradecimiento a su extraordinario trabajo". Finalmente, comentó que la publicación del compilado es una distinción que le hace la Filmoteca de la UNAM, a la que agradece, junto con su titular Guadalupe Ferrer.