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La demanda de un sacerdote español, que perdió su puesto de profesor de religión por estar casado y ser padre de familia, fue definitivamente desestimada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
La Gran Cámara, instancia suprema del tribunal de Estrasburgo, consideró que la no renovación del contrato de José Antonio Fernández Martínez fue "legítima y proporcionada".
Esta situación no es atentatoria contra la vida privada y familiar del demandante, hoy de 77 años de edad, consideró el tribunal.
"No es irrazonable que la Iglesia exija de los profesores de religión una lealtad particular, en la medida en que pueden ser considerados como sus representantes", estimó el TEDH. "La existencia de una divergencia entre las ideas que deben ser enseñadas y las convicciones personales de un profesor pueden plantear un problema de credibilidad cuando el docente milita activamente contra esas ideas", agregó.
Casado y padre de cinco hijos, Fernández Martínez no ocultaba su militancia en un movimiento opuesto a la doctrina de la Iglesia católica sobre el celibato.
Ordenado sacerdote en 1961, solicitó en 1984 al Vaticano una dispensa de la obligación de celibato, sin obtener respuesta. Se casó civilmente en 1985 y tuvo cinco hijos con su esposa, antes de ser contratado en un colegio católico, en 1991, como profesor de religión y moral católica. Su contrato de trabajo era anualmente renovable.
A finales de 1997, a raíz de artículos aparecidos en la prensa sobre su pertenencia al 'Movimiento por el celibato opcional' de los sacerdotes, su contrato no fue renovado por su obispo. Fernández Martínez recurrió, en vano, a la justicia española para combatir esa sanción.