El juzgado de instrucción número 7 de Barcelona ha descartado que el impacto de una pelota de goma policial a Roger Español durante el 1-O, que le sacó un ojo, fuese intencionado o imprudente. Así, ha descartado convertir la causa judicial en un proceso de sumario, procedimiento adecuado para los delitos dolosos e imprudentes, como en el caso de Esther Quintana.

El magistrado instructor no ve indicios que acrediten que el disparo de un antidisturbios de la Policía Nacional buscase causar lesiones, ni tan solo como dolo eventual, es decir, aceptando las posibles consecuencias, ya que la bola primero rebotó en el suelo. La defensa de Español recurrirá la decisión a la Audiencia de Barcelona.

Según la asociación de defensa de los derechos humanos Irídia, que hace de defensa de Español, el magistrado hace una valoración en un momento procesal no oportuno y que tendría que ser hecha durante el juicio. El magistrado dice que el agente disparó la bola al suelo, no directamente contra Español, y que previamente ya había disparado al menos dos disparos más, en un ambiente de cierta tensión por las cargas policiales en la escuela Ramon Llull de la capital catalana.

Pero Irídia dice que la bola fue disparada a 15 metros de la víctima, mientras que los protocolos policiales establecen una distancia mínima de 50 metros y siempre en situaciones de extrema violencia y peligro, cosa que en aquel momento no pasaba porque la policía ya se estaba retirando. Además, la entidad asegura que el agente disparó tres veces contra Español, hasta que le impactó al ojo, aspecto que el magistrado niega.