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La campaña de vacunación se tambalea por el retraso en la suministración del antídoto; escasez que demora la inmunidad de grupo a tres años vista, en tanto, se intensifica su comercialización en el mercado negro
Desde su inicio la pandemia de coronavirus ya supera los 99 millones de afectados, de los que 2, 1 millones fallecieron, y cuando teníamos volcadas todas las esperanzas en la vacuna como única salida para erradicar la propagación del contagio, con la tercera ola disparada, la campaña de inmunización es abortada por la disminución en el ritmo de entrega de las farmacéuticas Pfizer y AstraZeneca al menguar las dosis comprometidas en el primer trimestre lo que deja sin efecto las previsiones de extinción y prorroga en el tiempo su transmisión.
Que después de pagar por adelantado a las farmacéuticas cientos de millones de dinero público en concepto de investigación y ampliación de los centros de producción, las firmas beneficiarias incumplan las condiciones contractuales viene a indicar que por parte de la elite política y el staff funcionarial de la UE las cosas se han hecho rematadamente mal, creando con ello una situación que roza el más grotesco de los ridículos, pues el dinero entregado a cuenta debiera ser transferido por tramos para evitar problemas, y garantizar así que las empresas tuviesen un mínimo de dosis en stock, es decir, estableciendo un blindaje mercantil de caución, o lo que es lo mismo haber actuado justo al revés de como lo han hecho.
La exasperante burocracia de Bruselas nos ha conducido desde el exceso propagandístico de hacernos creer que la derrota del virus estaba a la vuelta de la esquina, a asumir que por insuficiencia y falta de dosis se haya de suspender la campaña de vacunación, un desenlace expresivo de una negociación sin pies ni cabeza dominada de cabo a rabo por el despropósito, la dilación y la sordidez donde los mercados financieros se imponen una vez más a las determinaciones políticas.
Contrariamente a lo que se nos quiere hacer creer, no es la insuficiencia de los centros de producción quien desabastece el suministro, sino la desmedida ambición de los especuladores de la catástrofe sanitaria en su estrategia de sacar pingües beneficios de la comercialización “pirata” de los nuevos antídotos, eso es al menos lo que indica la operativa de la 'dark web', la parte más oscura e inaccesible de Internet, que no mas autorizarse las primeras vacunas hacía ofertas para venderá través de la red las dosis fuera del circuito oficial y al margen del control de los Estados, abriendo así la veda a un 'mercado negro' difícil de controlar.
Eso al menos es lo que han detectado empresas de seguridad cibernética tras el rastreo de las ofertas, cuyo resultado indica un exorbitante aumento en la demanda de potenciales clientes a los que no se les apetece esperar semanas o meses para recibir su vacuna de los gobiernos de sus países, no dudando en adquirirla en ese mercado negro al “módico " precio de 300 euros por unidad con el ofrecimiento de una entrega discreta en un embalaje doble, a través de una empresa de mensajería.
Gente adinerada disconforme con dar preferencia de vacunación a colectivos vulnerables, intenta “saltar la cola” pagando cualquier precio por un acceso preferente a los antídotos
Un cóctel mercantil donde confluye la insolidaridad de los adquirientes con la codicia de la piratería mercantil en su malsana intención de capitalizar la ansiedad de la gente sobre el coronavirus en su deseo de estar protegidos y contra el riesgo de contraerlo.
Situación que se agrava cuando gente adinerada disconforme con dar preferencia de vacunación a colectivos vulnerables, ancianos y trabajadores sanitarios, intenta “saltar la cola” pagando cualquier precio por un acceso preferente a los antídotos, pues con tan desmandado proceder, además de generar un injustificable agravio social está vitalizando el funcionamiento del 'mercado negro' y con ello interrumpiendo el abastecimiento del antiviral a través del circuito ordinario de distribución.
Y eso ocurre, aún cuando teóricamente nadie puede obtener una vacuna de forma privada pagando su coste, en tanto, todas las franjas vulnerables de la población hayan sido vacunadas y los suministros sean abundantes, pero como todo en la vida la combinación de escasez y ansiedad hace que los ricos y los bien situados se salten la cola y que la jerarquía en las vacunas entre en escena.
Lo que viene a confirmar que la gente de alto estanding y poderosa están comprando su posición al frente de la cola de vacunación, utilizando prácticas moralmente cuestionables, cuya repercusión está causando un grave impacto social y perniciosos efectos en el conjunto del funcionamiento sanitario